Reencarnado en un Kitsune.

Planes.

(Narrador omnisciente).

Diana: Bien, la siguiente, Stella Darkstar.

Zest: ¿Darkstar? Bueno, el mío es igual de raro, no soy nadie para hablar.

La elfa oscura se acerca temblorosa por todas las miradas puestas sobre ella.

No era mentira, en estos momentos todas las miradas se clavan en ella como sientas de dagas afiladas.

Diana: Adelante señorita.

Stella eleva las manos a la altura del pecho y trata de canalizar algún hechizo, pero está tan nerviosa que no puede concentrarse.

Zest se acerca a ella y posa la mamo sobre su hombro.

Zest: Tranquila, no es necesario que te contengas, demuestra lo que vales, Stella.

Stella: Señor Zest... Lo... Lo intentaré.

Zest: Bien.

Una vez que el Kitsune se aleja y vuelve hacia donde estaba, la elfa oscura comienza a inhalar y exhalar para calmarse.

Junta las manos y comienza a juntar una gran cantidad de poder mágico.

Cuando las separa un poco, en ellas apareció una esfera de color verde rodeada por un siniestro humo morado, similar al miasma que genera Zest.

Pero eso no era lo único.

Era tanto poder que generaba una ráfaga de viento demasiado fuerte, algunos estudiantes tuvieron que lanzar barreras mágicas para no salir volando.

Zest clava sus colas en el piso y Alan entierra las garras.

Diana: ¡¿Un hechizo de cuarto grado? ¡¿Planea lanzarlo?!

Pero su voz era callada por la fuerte ráfaga.

Zest: ¡No imaginaba que sólo activar un hechizo ya fuera tan peligroso!

Alan: ¡No lo hace nada mal!

Stella: Hechizo personalizado.

Todos los presentes a excepción de Zest la miraron con sorpresa, incluso Jasmine y Juliuz.

Diana: Esto es malo.

Mete la mano en su pecho y saca una extraña piedra de color verde claro, esta comienza a brillar y una barrera todavía más grande resguarda a todos los estudiantes.

Stella: [Star blaster] (Estrella desintegradora).

Un rayo morado sale disparado de las manos de la elfa oscura con tanta potencia que las barreras no resistieron y los estudiantes de niveles más bajos salieron volando.

Sólo Shiina, Alan, Zest, la maestra Diana y la clase especial aguantaron en pié.

Daño: 9999.

Cuando todo termina, Stella cae de rodillas, gotas de sudor caen de su rostro y su respiración es pesada, tal y como dijo Zest, ella no se contuvo, atacó atacó con todo lo que tenía.

Zest se acerca a ella y le ofrece su mano.

Zest: Estuviste asombrosa, de verdad eres la más fuerte.

Stella: N... No... Yo no soy.

Zest: No te menosprecies, ten algo de fe en ti misma, ahora todos sabemos lo fuerte que eres.

En cuestión de segundos el lugar fue inundado por las voces de euforia de decenas de estudiantes que presenciaron su poder y lo respetan.

En memos segundos, un círculo de chicos comenzó a rodearlos, algunos preguntaron cómo se hizo tan fuerte, algunos se disculparon por haberse reído y burlarse de ella, algunos incluso le propusieron matrimonio.