Me había quedado tendida en el suelo, la tierra ensuciaba mi piel desnuda y ya no sollozaba sino que las lágrimas caían silenciosas por mi rostro. No sentía que algo me atase al suelo, pero mi cuerpo se negaba a moverse y mis ojos seguían viendo el río. Fantaseaba con ver a Cath salir de allí y decirme que había sido una broma pesada de Halloween.
Me vi deseando lo mismo que Jane: ser un árbol o un animal salvaje y aunque aquello no pudiera hacerse realidad, mi mente quería convencerme que entre más tiempo pasara sobre la tierra húmeda había mayor probabilidad de convertirme en parte de ella.
Unos pasos suaves y cautelosos me distrajeron del río.
—Dee, necesito que te levantes.—Rose habló con firmeza, pero no se acercó más.
—No quiero, es mejor que te vayas.—le espeté y un poco de tierra entró a mi boca, intenté escupirla.
—No te puedes quedar ahí tirada—suspiró con pesadez—, necesito llevarte a un lugar.
—¡Quiero que te marches ya!—volteé a verla con el ceño fruncido, mi paciencia se estaba acabando—¡Deja de molestarme y lárgate!
—Dee...
—No, no vas a empezar de nuevo—golpeé la tierra con mi puño—porque no sabes que mierda sucede, necesito que...que me d-dejes.—de nuevo los sollozos, de nuevo los temblores—Déjame sola.
—No es tu culpa que Cath haya muerto.—me suelta y casi me desmayo en el momento, más temblores se expanden por mi columna vertebral.
—¿T-tu viste?—logré articular, de pronto la noche era helada.
—Dee, levántate.—me repite y esta vez se acerca a mí.
—No puedo...—niego con la cabeza—¡Yo la maté!—posé mi frente en mis antebrazos y cerré los ojos—¿Qué más da si me quedo aquí?
—Exacto, ¿qué más da si te quedas aquí o si te levantas y te vas conmigo?—Rose pateó cariñosamente la base de mi zapato—Lo único que se me viene a la cabeza es que yo te lo estoy pidiendo y eso importa.—hizo una pausa—Por favor.
Realmente deseaba quedarme allí tirada y desaparecer, pero comencé a levantarme. Todo mi cuerpo estaba entumecido y los ojos me ardían; mis brazos estaban manchados de tierra y podía sentir que parte de mi cara también. Una vez de pie miré a Rose.
—¿Por qué estás tan tranquila?—le pregunté con un tono frío—Si viste lo que viste deberías estar corriendo y gritando.—fruncí el ceño y noto como Rose se tensa.
—Dee, quiero que por ahora te concentres en decirle a cualquiera que te pregunte que sigues mareada.—Rose me tendió un suéter grueso y largo, el cual tomé y me lo puse al instante, se sentía cálido y reconfortante.
Ella comenzó a limpiarme la mejilla con el borde de la manga de su camisa verde limón. Parecía que no había nada más que decir a pesar del sinnúmero de explicaciones que yo quería obtener, pero para ser totalmente sincera apenas podía concentrarme en cómo caminar.
Uno, dos. Uno, dos.
Estábamos de vuelta en la entrada de la feria, fue entonces cuando todo lo que mi mente había retenido me cayó como balde de agua fría.
—Clare.—musité y me detuve, deteniendo a su vez a Rose—No puedo entrar y ver a Clare.—mi pulso se disparó, comencé a sentirme nauseabunda.
—No nos la vamos a encontrar.—dijo mi compañera subiendo y bajando su mano por mi espalda para tranquilizarme, me hizo avanzar de nuevo.
Estaba estrechamente agarrada a Rose, tenía miedo de caerme.
Uno, dos. Uno, dos.
Nos dirigimos más allá de la casa del terror, había menos personas que antes y entre ellas pude divisar a Clare y a Burke riendo, estaban concentrados en su pequeña conversación.
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Un Alma a Medias (El alma en el medio)
FantasyMorir es el final de la vida ¿cierto? es la compasiva conclusión a un viaje sin rumbo ni dirección... desearía que así fuera en realidad. He visto como dentro de mí se han librado numerosas batallas, cada una de ellas por razones distintas, con pers...