28. EL CAMINO CORRECTO

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—¿Ustedes...?—Bay me jaló a su lado apenas el show terminó.

Creo que la flor se me cayó en algún lugar después de aquello, aunque mis pensamientos están en otro lado completamente distinto como para recordarlo.

—No.—a pesar de mi respuesta concreta no pude evitar la sonrisa que se asoma en mi cara.

—Pero todos lo vimos, con que debían "crear armonía", no lo niegues.—Bay parece estar más relajado que en la mañana.

—Pero no nos besamos solo lo hicimos parecer un beso.

—¿Por qué la risita tonta, entonces?

—Sé que le gusto.—me encojo de hombros como si no fuera la gran cosa pero Bay me conoce, así que junta nuestras manos y las sacude levemente.

Matt habla con Rose y ambos me dedican miradas furtivas de vez en cuando a las que respondo con otras curiosas.

Escuché un lento pero progresivo murmullo entre las personas a nuestro alrededor, emití un ruidito al ver el suelo. Entre las baldosas pequeñas raíces se levantan y permiten que se abran florecitas, en secuencia las paredes comienzan a llenarse de enredaderas de distintos colores que no se detienen hasta llegar a los balcones, la entrada y al cielorraso.

—¡Es hora de verdaderamente hacer lo que vinimos a hacer, sean libres de dirigirse al jardín lunar para observar el espectáculo antes del florecimiento, no queda mucho tiempo!—anuncia la voz que nos ha mantenido al corriente toda la noche.

—Topacio, ya deben estar aquí.—escucho a Edith, si antes la notaba decaída ahora lo estaba el triple lo que me hace sentir un poco de lastima por ella.

—Deberíamos irnos entonces, no queremos quedarnos varados en este lugar.—dice Coltom pero no hace mucha falta, todos comenzamos a caminar cuando nuevamente el cúmulo de personas lo hacen.

<<—¡Puertas duales>>

¡Ayyyy!

<<—Atrásate y camina por el pasillo a tu izquierda antes de que salga toda esta gente.>>

Me detuve y miré a mi alrededor, de verdad lo había olvidado. Los chicos estaban mucho más adelantados y las personas eran demasiadas como para ser captada, respiré profundo antes de empezar a emitir sordos "disculpe" al trazar una línea horizontal hasta el pasillo ligeramente más oscuro.

La paranoia se apodera de mí y de pronto siento la necesidad de mirar sobre mi cabeza de seguro buscando hadas que me observaran molestas pero no había nada.

<<—Deja de jugar y camina ¿Ves esa puerta al final?>>

Sí.

<<—Entra allí, rápido.>>

Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos.

Intenté calmar mi respiración mientras cuido que nadie me siga, comencé a dar pasos pequeños y silenciosos ya que el ruido de las personas había cesado. Giré la perilla de la puerta blanca y entré sin mirar a mis espaldas.

Wind, esto es una cocina. Te equivocaste.

<<—Yo no me equivoco niña estúpida. Mira el mesón en el centro, del otro lado hay gabinetes.>> Su tono me hace querer patearle la cara.

Es un mesón, nada más.

<<—Los gabinetes, ábrelos y deja de subestimarme.>>

Resoplé antes de hacer lo que me dijo y claro que tenía razón. Varios escalones se abrieron frente a mí pero desgraciadamente solo vi oscuridad en el final, más no tuve tiempo de quejarme porque la puerta por la que entré comenzó a abrirse.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora