17. PRIMERAS IMPRESIONES

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Respiré profundo encontrándome con un aroma distinto, algo sudoroso pero igualmente impregnado de un fresco mentolado; no sé en qué momento me había quedado dormida.

Estoy segura que mi cabeza ya no reposa sobre el regazo de Rose, las piernas que me sostiene son mucho más delgadas y la tela del pantalón rasposa. Cuando abrí los ojos el mundo estaba borroso, de hecho lo único que pude ver por unos segundos fue la luz naranja del techo y luego un mentón.

—¿Matt?—pregunto medio dormida.

Matt baja la mirada y me dedica una sonrisa. Me siento algo extraña, tal vez porque no soy consciente de dónde me encuentro.

—¿Si?—pregunta levantando un poco las cejas, miro su rostro y frunzo el ceño, él imita mi gesto.

—Nunca me había fijado en que tienes pecas, son muy claras.—aquellas manchas de habitual marrón eran apenas una sombra sobre sus pómulos y nariz.

—¿Sigues dormida?—preguntó sonriendo un poco como si yo le hiciera gracia.

—Tal vez.—digo y miro a mi alrededor—Pensé que había sido una pesadilla.—susurré.

—No doy tanto miedo.—bromea mi amigo y sorpresivamente sonrío en respuesta aunque está claro que solo es por cordialidad.

Me incorporo nuevamente en el asiento, aún está oscuro y Bay se encuentra totalmente dormido sobre el hombro de Rose, quien tiene una expresión pensativa.

El tranvía se ha llenado significativamente, hay muchas personas con atuendos un poco extraños aunque lo cierto es que nosotros debemos ser quienes parecen fuera de lugar, hay sólo cuatro sujetos que no toman asiento; llevan trajes de un azul muy claro y matices en gris, negro y blanco.

Al igual que el tomador algunas partes de sus cuerpos estaban cubiertas por metal y en sus rostros los cuatro tienen unas máscaras que ocupan la mitad de sus caras; aún no sé cómo sentirme al respecto, sigo pensando que esto se parece mucho más a un parque temático que a un verdadero lugar.

—Rose.—susurré y moví mi mano frente a ella hasta que salió de su ensimismamiento.

—Oh, lo siento.—dijo con rapidez aunque su mirada en lugar de irse directa a mi rostro pasó por los guardias en el pasillo, luego se inclinó más hacia mí haciendo que Bay se despertara—Lo siento de nuevo.—Bay solo frunció el ceño e imitó la posición de Rose.

—¿Cuánto más falta?—le pregunto haciendo una seña hacia mi muñeca como si tuviera un reloj.

—Unas horas.—me explica pero con los ojos siempre fijos en los uniformados—Creo que deberíamos bajarnos en la siguiente parada.

—Pero si acabas de deci- —frunzo el ceño cuando mi amigo me interrumpe.

—Es por los guardias ¿cierto?—pregunta Matt en un tono bajo y dándoles una mirada, ellos están en la parte de atrás así que intentamos no parecer muy sospechosos al hablar.

—Pero ellos son buenos ¿no?—pregunto bastante confundida—No sabía que tendríamos también que huir de ellos.

—Dee, la relación de las brujas y las demás criaturas es pésima.—explica Rose adoptando una posición mucho más natural y todos la seguimos aunque continuamos hablando en un tono no tan alto.

—¿Eso qué quiere decir exactamente?—cuestiono y observo el camino. No hay mucha diferencia de lo que había visto antes sin embargo ahora estábamos en un lugar mucho más urbano y ambientado a la noche, hileras de callejones llenos de discotecas.

—Mierda.—escucho que Bay se queja, pensé que se había lastimado sin embargo me encontré con una excesiva alarma en sus ojos al observar el tope de los huecos en las paredes—Hay piedras de onderecht en cada salida.—este simple comentario hace que Rose se gire a mirar sobre su cabeza y así por todos los orificios, maldice en voz baja.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora