18. MEDUSA

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Habían pasado dos horas desde que estábamos allí, la conversación no era constante y el ambiente pesado.

—¿Qué vamos a hacer ahora?—me pregunta Matt por segunda o tercera vez esta noche, lo miro con exasperación.

—Tenemos que explicarle a ella lo que sucede—señalo a la sirena con los ojos—, ni tú ni yo conocemos la ciudad.

Edith está en el balcón hablando con Benjamin de alguna cosa mientras que Matt y yo seguimos en el piso de abajo mirándonos el uno al otro sin saber muy bien cual deberá ser nuestro siguiente paso.

—¿Crees que podemos confiar en ella después de enterrarte una daga?—Matt susurra aunque su pregunta es casi un grito ahogado.

Luego del arrebato de Edith tardé en sentirme mejor sin embargo la herida ya estaba cerrada.

—Entiendo por qué lo hizo.—digo y me trago un poco las ganas de llorar, aquello había abierto recuerdos indeseados—Esta es la única solución que se me ocurre, no tenemos demasiadas opciones.—repongo colocando mi mano sobre su hombro.

—No sé si llamaría a esto una solución.—gruñe mi amigo por lo bajo dándome una mirada molesta.

—Quiero encontrar a Rose, ella es la que está más en peligro.—mi tono se quiebra un poco al pensar que le pudo suceder.

—¿Y qué se supone que hagamos en caso de que la hayan capturado?

—Shhh.—presiono mi dedo índice contra mis labios y volteo a donde está la sirena quien nos mira con el ceño fruncido.

—¿Quién?—pregunta ella.

Mis hombros cayeron pesados, en algún momento planeaba explicarle pero me molesta que fuese de esta manera. La idea es que pueda confiar en mí.

Suspiré.

—¿Quién fue capturada?— su tono es demandante—Dayamonth.—dice mi nombre alargándolo como si probara el sabor de este.

—Rose.—digo con voz temblorosa nuevamente.

—¿Debería saber quién es?—sacudo la cabeza en negación tan pronto como hace la pregunta.

—Es una amiga nuestra, es bruja y por alguna razón eso es algo malo aquí.—explica Matt poniendo los ojos en blanco y enfatizando la última palabra.

—Ustedes de verdad...—la frente de Edith se llenó de arrugas antes de sacudir la cabeza para aclarar sus ideas—Por favor, explíquense mejor.

El wendigo y yo intercambiamos una mirada furtiva antes de embarcarnos en la pequeña historia. No puedo decir que confío en Edith pero todo dentro de mí grita que ella no me hará daño mientras me vea como lo hago, sería demasiado duro.

La sirena nos observaba con expresión crítica cuando terminamos.

—¿Dónde se supone que deben llegar?

—No lo sé...

—Rose tiene el mapa, creo que era algo así como ¿Limestreet?—se apresura a decir Matt sorprendiéndome, hasta ahora se había mostrado reacio a hablar con la antigua conocida de mi alter-ego.

—Limewick.—dice Benjammin acercándose un poco más—Ya sabes donde es.—se dirige a Edith.

—Los puedo llevar, no será muy difícil.—dice mientras nos da la espalda para buscar algo en el mesón de piedra.

—Pero no sabemos si ellos estén allí.—dije con una clara alarma en la voz—Dos hombres fueron en busca de ambos, por lo que sabemos los podrían haber llevado a otro lugar.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora