24. MIRADA NOCTURNA

12 2 18
                                    

Me arde la mejilla izquierda, el antebrazo y mi palma derecha, sin mencionar el resto de mi cuerpo que no desea responder a mis intentos por levantarlo.

Algo se mueve a mis espaldas sin embargo tengo todos los sentidos adormilados. Parpadeé a pesar del picor inmediato que me abrazó el iris una vez estuvo en contacto con el aire, el olor me lo debió haber advertido, se trata de una mezcla entre la esencia del carbón y el hedor del humo de los autos.

¿Algo se quema? ¿Qué pasó antes? Yo estaba intentando subir a Bay y me caí ¿me caí? Sí ¿Entonces, que se quema?

Volví a parpadear una vez mis ojos dejaron de estar empañados y fueron capaces de observar a Morning Star sobre el suelo echando humo por un costado, probablemente también tendría fuego saliendo de allí.

¿Bay estará ahí?

Mis pensamientos iban recobrando sentido y desde luego intentaba ponerme en pie más ninguna de mis extremidades parecía ser lo suficientemente fuerte.

Va a explotar, siempre explotan ¡No!

—¡Rose!—mi voz sonaba ronca y sin fuerza, me levanté intentando ignorar el dolor.

La nave se había estrellado sobre su costado derecho, lamentablemente no podía correr pero cojeando y con la mayor rapidez posible me acerqué de poco en poco.

¡BUM!

Algo sonó desde su interior como un golpe seco, se repitió una y otra vez hasta que un pedazo de metal desde la parte más cercana al suelo se desprendió y salió disparado hacia los árboles, vi salir a Coltom primero.

Una sensación cálida se apoderó de mi cuerpo, era la primera vez que estaba tan feliz de verlo. En pocos segundos fueron uno a uno saliendo.

Están bien, gracias a... ¿A qué? ¿Por qué estamos bien?

Seguí moviéndome, solo que ahora sonreía, mis ojos se encontraron con los de Bay quien seguía demasiado pálido y tembloroso, sin embargo no lo pensó dos veces antes de correr en mi dirección, finalmente sus brazos me rodearon y escuché sus sollozos.

—Estamos bien.—susurré pasando una de mis manos a lo largo de su espalda una y otra vez intentando acallar su llanto, él estaba demasiado asustado aún y yo también.

Tal vez si estamos muertos.

—Casi me caigo, tú te caíste y yo, y yo-

—shhh.—lo apreté contra mí aunque eso descargara una corriente de dolor a lo largo de mis heridas, posiblemente moretones y varios rasguños—Ayúdame a llegar hasta ellos, estamos bien.—repito.

—Edith, ella-

—Sí, ella te ayudó, eso se lo debo agradecer.

—No, Dee. Edith no sé ve bien, ella está aún tirada en el suelo.—dice Bay separándose de mí y haciéndome mirar a mis espaldas.

El bulto que se había movido antes era ella, está acurruca de tal forma que no le vemos la cara pero si un pedazo de metal lustroso que sobresale entre sus caderas y vientre.

—¡Coltom!—llamó Bay, a los pocos segundo este ya estaba en el lugar acompañado por los demás menos Hara quién se había quedado junto a Morning Star.

—Vamos Rose.—dijo Coltom a mi amiga, quien no titubeó en acercarse a la sirena.

Los observé alejada y me regañé al darme cuenta que poco me importaba qué sucediera con ella, quería que me afectase finalmente Edith fue quien evitó que Bay se cayera pero aún así nada en mí fue conmovido, era algo que habría hecho por cualquiera.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora