14. EL DESEO CONCEDIDO

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—No estoy segura de cómo me siento al respecto.—me dice Carly, mi hermana. Debo verla hoy bajo cualquier circunstancia.

—Por favor.—le ruego a través del teléfono—Mamá lo va a tener que aceptar y papá va a estar encantado, y yo quiero verlos.—mi voz se apaga levemente en la última frase y mi hermana termina por suspirar.

Hace no mucho me confesó que está embarazada, me sentí feliz y a la vez miserable, de verdad quisiera poder conocer al bebé una vez naciera.

—Está bien, Terry y yo iremos—dijo refiriéndose a mi cuñado—¿Cuándo llegas a casa?

—En realidad hace un par de horas que estoy en la ciudad, di una vuelta por Cental Park pero no he ido a casa, vine con unos amigos.—confieso mirando de reojo a Rose y Matt quienes están sorbiendo un té helado de menta.

—Deberías llevarlos al restaurante de papá ¿También se quedarán para la cena?—sé que lo último no le produce mucha emoción.—No quiero que presencien una pelea...

—No tiene por qué haber una pelea, todo saldrá bien Carls.—digo queriendo darle palmadas en la espalda, mi voz fuera de ser consoladora suena melancólica y débil.

—¿Estás bien?—pregunta.

No, la verdad quiero llorar.

—Sí, estoy tomando un café y me ahogue un poco.—río con ligereza.

—Entonces te veo luego Dee, adiós.—se despide.

—Adiós.—digo y cuelgo la llamada lo que es seguido de un suspiro.

Al alzar la vista observo a mis dos amigos, sus expresiones son compasivas lo cual me hace querer dejarlos allí e irme lejos.

—Deberíamos ir al restaurant de mi papá, le va a encantar ver que hice amigos en la universidad.—les explico y luego veo a Matt—Tal vez sea mejor si mientes y dices que tienes veintidós, no quiero que se haga ideas erróneas.—sonrío y me rasco la parte anterior de la muñeca bajo la mesa.

—Está bien, déjame pagar por las bebidas.—dice Rose sin hacer comentarios innecesarios, lo cual agradezco.

Mi amiga se levanta y entra al establecimiento mientras que yo me concentro en guardar mi celular y cartera en la mochila negra.

—¿Estás bien?—me pregunta ahora Matt, su mirada es intensa y siento mis vellos erizarse al escucharlo.

—Esa pregunta me molesta mucho, en especial hoy.—le reprocho—Pero sí, estoy perfectamente porque es acción de gracias, veré a mi familia y después de mucho tiempo por fin comeré algo hecho en casa.—replico con voz airada y con los codos pegados a la mesa—No puedo lamentar lo que aún no sucede ¿Cierto?

Matt me mira con culpabilidad, cuando vuelve a hablar lo hace en voz baja.

—No quería...—parecía buscar las palabras adecuadas hasta rendirse—Tienes razón, hoy es un buen día.—concluye y yo le dedico una sonrisa algo forzada pero es lo mejor que puedo hacer.

Habíamos venido en el auto de Matt sin embargo tanto Rose como yo logramos que fuese ella quien condujera en su lugar, lo que me hace sentir mucho más segura mientras tomamos el camino hacia el trabajo de papá.

Como era costumbre por estas fechas no estaba demasiado lleno en el interior, una vez nos bajamos del carro vimos que la mayoría de personas que entraban salían al poco tiempo con una bolsa llena de pedidos, posiblemente para no tener que cocinar demasiado.

—Bienvenidos.—nos dice la camarera encargada de saludar y entregar unos pequeños folletos con algo de información sobre el lugar y la carta en miniatura.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora