11. TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A ROMA

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—Todo eso sucedió porque saliste corriendo como una cobarde.—me reprocha Coltom, le lancé una mirada asesina.

—Coltom...—comienza Georgia con el ceño fruncido.

—¡Es cierto!—repone con expresión de incredulidad para luego dirigirse a mí—Dee, me caes bien y me gusta que quieras hacer las cosas a tu manera pero no escuchas consejos. Entre Rose, Topacio, Mi mamá y tu ¿Quién conoce más sobre la magia y los peligros a los que te enfrentas?

—¡Basta!—espeto y veo como Georgia abre mucho los ojos, pero ya no me importa—Está bien, no quise escucharlos pero no tienes derecho a decirme quien sabe mejor a los peligros a los que me enfrento ¡Solo yo los vivo! ¿Alguna vez te han intentado asesinar en un callejón sucio y oscuro o te han acusado de algún crimen que no recuerdas?

Me había quedado sin aire después de sacar todo aquello pero aún quedaban cosas que quería decirle o gritarle. Miré a Coltom quien parecía apenado, como un cachorro que pone hacia atrás las orejas. El chico de tez oscura estaba sentado frente a mí y yo al lado de su madre.

—Dayamonth, no le prestes atención a mi hijo.—dice Georgia arrimándose más a mi lado calmando mis temblores pero a diferencia de hace unos minutos, me aparté.

—Georgia, ese chico había ido varias veces pero no era más que un cliente, iba seguido sin embargo muchos de los clientes lo hacen, no quería creer que tuviera algo que ver con la magia.—le explico encarándola, ella asiente pero Coltom vuelve a hablar.

—Para ser tan desconfiada te intentas engañar muy seguido.—Coltom se mira las uñas de color violeta mientras dice aquello, lo miro con fastidio.

—Matt sí me transmitía un tipo de sensación peculiar y creo que atiné al tener mis dudas sobre él.—le expliqué torciendo el gesto.

Aunque jamás tuve intención de indagar.

—¿No será que te gusta y ya?—repuso con una sonrisa de picardía que me obligó a fruncir el ceño.

—Lo conozco poco y no es mi tipo.—contesto bufando.

—¿Segura?—dice una voz que raramente había escuchado esta semana—Soy un buen tipo y pensaba que te caía bien.—cuando volteé pude ver a Matt saliendo de detrás del mostrador, es posible que estuviera en el piso de arriba.

¿No sabe hacer otra cosa que aparecer siempre a mis espaldas?

—Igual es extraño, la intención de él era claramente ser reconocido.—comenta Coltom pensativo—Creo que tus radares están hechados a perder.

—¿Qué haces aquí?—le pregunto al wendigo ignorando al hijo de las estrellas.

Llevaba unos pantalones color caqui hasta la cintura adornada por un cinturón grueso negro y una camisa negra que iba dentro de estos. El cabello estaba algo despeinado lo cual lo hacía ver descuidado y recién levantado, aunque sus ojos parecían más despiertos que nunca.

—Haciéndome cargo de mis responsabilidades.—dice sin realmente contestarme y con una sonrisa leve, volví a voltearme mirando a Coltom quien también tenía una sonrisa, pero con un toque burlón.

—Ése no es el punto, aquel chico me dijo que debía ir a la metrópoli y mencionó a mis "amigos", yo me marché y no le pedí más explicaciones, estaba asustada.—sentí que mis palabras se desvanecían con el silencioso aire que corría por la habitación, miré los rostros de todo los que estaban allí conmigo y noté cuál era el que faltaba—¿Dónde está Topacio?—pregunté de sopetón, creí que sería la primera persona que vería al cruzar la puerta, pero no había rastro de ella.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora