15. ÚLTIMAS PALABRAS

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LONDRES (F/D)

LA BRUJA

Cristine estaba en sus aposentos estudiando cada posible movimiento a tomar desde ahora, porque el mundo se había convertido para ella en un campo minado.

—¿Por qué no descansas un poco?—le preguntó Edith acariciando su brazo—llevas toda una semana bebiendo esa olorosa pócima de energía, estás en los huesos.—ella tomó el brillante cabello de Cristine y lo comenzó a cepillar con sus dedos disfrutando del aroma.

—Necesito tomar previsiones de lo que puede suceder—Cristine se volteó y tomó la muñeca de Edith apresándola—, no tengo tiempo para barbaries humanas.

—Eres en parte humana—Edith había puesto su mano en puño e intentaba soltar su agarre—, podrías existir para otras cosas si no tuvieras la cabeza llena de sin sentidos.

Cristine la miró con mucho detenimiento, repasó la línea delgada de su barbilla, la forma pronunciada de sus labios, y sonrió pero no de una forma cálida sino lo opuesto, el frío te calaba hasta los huesos y lo oscuro de aquel gesto te hacía temblar.

—¿Sin sentidos?—Cristine quito su agarre de la muñeca de Edith y se colocó a su nivel—¿Por qué no te deseo?—toco el pómulo de la sirena acunando su rostro—No creo que sea el caso querida—Edith temblaba, todo su cuerpo se concentraba donde Cristine colocaba su mano—, tienes un buen cuerpo, bonitos labios y unos ojos extremadamente expresivos.—Cristine jugaba con el abismo, su boca estaba a centímetros de la boca de la sirena y sus alientos se mezclaban entre palabras y jadeos.

Edith no tenía idea de que hacer, tal vez si pero le daba miedo la respuesta que recibiría.

—Quiero besarla.—Edith miraba los ojos de Cristine y centellaban deseo, puro y total deseo.

—Quiero verla actuar.—la voz de Cristine siempre había sido suave pero ahora era más que aterciopelada.

Edith no lo pensó dos veces y estampó sus labios contra los de la bruja, ambas se movían rítmicamente y en total sincronía.

Sus labios estaban cálidos y llenos de millones de sensaciones, todo comenzó con movimientos lentos, saboreando el momento, explorando cada centímetro pero a medida que pasaban los segundos se tornó más pasional, parecía que botaban chispas de ambas.

Edith entre abrió la boca lo que le permitió a Cristine acariciarla con la lengua y obtener de ella un sabor dulce, Edith gimió. Ambas se separaron para tomar aire pero se miraban fijamente, las dos querían más, mucho más.

—Voy a actuar.—dijo Edith entre jadeos, Cristine asintió.

—Te quiero ver hacerlo.—la bruja se dirigió a paso lento hacia la cama.

Cristine al igual que su compañera tenía una larga bata blanca que dejaba ver un poco la falta de ropa interior.

La sirena suspiró cuando las cálidas manos de Cristine le rozaron la piel, la bruja se agachó al nivel del pliegue de la bata de la sirena y comenzó a subirla sin dejar de mirarla a los ojos.

Tal vez creas que esta es una historia de amor, pero no podrías estar más equivocado. Cuando alguien ama incondicionalmente y la otra persona se aprovecha de ello para sacrificar hasta el mínimo pedazo de su ser, entonces sabrás que sus sentimientos no solo no son correspondido sino que también están siendo utilizados.

Duele mucho más saber que la chica de ojos azules aunque era manejada cual títere por su amada, ella lo comprendía y la excusaba. No importa cuántas cosas le hiciera, nunca se fue de su lado, tomó la peor de las decisiones al quedarse ¿Pero quién podría advertirle?

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora