30. ¿A QUIÉN ME REFIERO?

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ACTUALIDAD

LA HUMANA

En absoluto se siente como con Morning Star, esta vez la caída es suave y corta. Termino empapada hasta los huesos y llevo conmigo a Coltom o casi lo hago porque su cuerpo parece estancado entre dos lugares, siento un jalón por su parte pero no puedo abrir los ojos, estoy bajo el agua.

Con bastante esfuerzo e ignorando el picor abro los ojos, la visión es borrosa pero noto su cara sumergida mientras que su cuerpo continua en posición vertical, jalan nuevamente de él y Coltom se aferra a mi hombro con la mano libre, yo tiro de sí hacia mi misma con mucha fuera y siento una sacudida por su parte por lo que creo que patea, lo hace más fuerte hasta que es liberado.

Aire, necesito respirar.

Intento patalear buscando la superficie y no me es complicado encontrarla, tan solo es un espacio pequeño que distancia el marco circular del agua que nos rodea; al otro lado del cristal también hay líquido con una diferencia muy perturbante, uno de los guardias intenta llegar a nosotros con su brazo, lo balancea constantemente por lo que me tengo que mover esquivándolo.

—El marco, Dee agarremos el marco.—me dice Coltom, me sorprendo y siento algo de culpa porque solo pensé en salir del agua sin sopesar sobre su estado.

Me agarraron del cabello y jalaron de él, grité de dolor mientras Coltom intentaba luchar contra la mano.

—La daga ¡Ayyyyy!—me quejo empujando la mano extraña pero lo único que logro es duplicar la fuerza de su agarre y que me duela más.

—¿Dónde?—pregunta Coltom poniendo su mano en mi cintura.

—Muslo...derecho, liga.—intento decir mientras coloco una de mis manos en el mechón del que tiran para hacer más soportable el dolor, no funciona del todo.

Mi compañero pasa su mano a mi pierna derecha y tantea hasta encontrar el arma, no lo piensa demasiado antes de hacer un corte horizontal sobre el dorso de la mano que de inmediato me suelta producto de la sorpresa.

Coltom pone la hoja de la daga al revés para poder cargarla en su boca mientras agarra una parte del marco y me invita a hacer lo mismo con un asentimiento de cabeza.

—¿Hacia dónde?—pregunto mirando alrededor desorientada.

Estamos en una cueva más no es precisamente oscura, hay una salida muy grande a nuestra derecha y frente a nosotros una estructura parecida a los quioscos de central Park, tiene columnas de estilo romano y su color crema resalta gracias al musgo que crece desde su punto más bajo hasta el techo.

La puerta dual por otro lado guinda de una de las paredes de la cueva que aunque están hechas de piedra no me había fijado en el esculpido, había figuras de lo que podrían ser guerreros o personas importantes que no conozco. Es posible que el espejo se haya caído gracias a la erosión el cual está pendiendo de tres rocas que ayudan a mantenerlo sobre la superficie.

—Mientras esto esté aquí, ellos pueden entrar.—reflexioné con pánico al sentir el marco deslizarse con la ayuda de Coltom, entonces pensé en la idea menos inteligente y desesperada que se me pudo ocurrir.

Miré a mi amigo y tomé la daga, él me observó confuso.

—Junta tus manos bajo el agua, para impulsarme creo que tengo una idea.—le digo moviéndome rápido a su lado y él me hace caso.

Pongo mi pie izquierdo sobre sus mano y subo el derecho sobre la roca más cercana, todo está muy resbaloso pero me concentro en mantener mi fuerza en el abdomen casi sin respirar. Veo como una espada atraviesa el umbral entre ambos lugares, pasa muy cerca de mi muslo así que me apuro en encaramarme a medias sobre el espejo.

Un Alma a Medias (El alma en el medio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora