—¿Quien de ustedes se atrevió a encerrar a mi mounstrito en la celda?Al escuchar su distintiva voz e apodo, con un salto me puse de pie para acercarme inmediatamente a las rejas de la celda hasta poder tomar los barrotes entre mis manos. Casi saqué mi cabeza entre los fierros para observar a mi progenitor, lo escanee de pies a cabeza en busca de algún malestar, más no encontré absolutamente nada, lucia tal como lo recordaba, incluso se podría decir que más renovado que antes.
Supongo que no habrá gargantas arrancadas.
Lastima.
—Fue el chihuahua de McCall, papi —respondí con voz cantarina, esperando ansiosa lo que se avecinaba.
—Complot de chihuahua rabioso, saca a mi hija de esa celda —ordenó mirando amenazante al ojiazul que estaba detrás del alfa verdadero, patético—. ¿Que es lo que esperas? Sácala ahora —recriminó cuando esté se quedo en su sitio sin moverse.
Desde mi lugar el aroma a temor y nerviosismo azotaron mi olfato, Liam Dunbar estaba que se hacía del baño.
—¿Acaso quieres morir, Dunbar? —inquirí burlona—. ¿Sabes que? Te ahorro el trabajo, pero tú pagas los daños —dicho eso me aleje pocos centímetros de la celda, para reunir fuerzas al momento de golpear la puerta con mi pie. Sonreí abiertamente viendo la puerta de fierro chocar contra el frío suelo de la estación—. ¡Papá! —con instinto de niña pequeña me abalancé a él rodeando su cuello con mis brazos, el no tardó nada en regresarme el abrazo alzándome del suelo.
Agradecí internamente el que seamos sobrenaturales, de no ser así, en este momento tendríamos más de una costilla fracturada.
—Mounstrito te extrañe demasiado. Malia deberías aprender de tu hermana menor para los saludos —la nombrado gruñó cruzándose de brazos—. Te noto algo diferente —musito extrañado al mirar con detalle mi rostro una vez nos separamos del abrazo—. Te brillan los ojos. ¿Quien te hizo llorar? Arrancare la garganta del que te hizo llorar.
—Pero no quiero que mueras —papá sonrió con cierta ternura, apoyo una de sus manos en mi cabeza contra su pecho—. ¿Recuerdas todo lo que te platiqué en el hospital? —asintió. El día que fue trasladado al edificio no me despegue ningún momento de el hasta que Hayden llamó, durante mi estadía a su lado le conté con detalle todo lo que he hecho desde volví a la vida—. Theo esta aquí, de hecho estaba encerrado conmigo en la celda.
Ante el nombramiento sentí los músculos de mi progenitor tensarse, al mismo tiempo que el sentimiento de "celos" llegaba rápidamente a mi delicado olfato. Me separé de mi padre, cubriéndome el rostro con una mano, en caso de que dijera algo que me avergonzara.
—Así que tu... novio, ¿está aquí? —hablo esforzando la voz en cada palabra.
—Eso dije, ¿no escuchas bien? —un leve pellizco en mi brazo me tomó desprevenida—. ¡Oye! Eso duele.
—No sé como hacerme intimidante, si mi propia hija menor me responde así —murmuro negando ligeramente.
—¿De nada? —di un paso atrás alejando mis extremidades de su radar al ver sus intenciones—. Si te sirve de algo, Dunbar sigue escondiéndose detrás de Scott por que te tiene miedo —argumenté señalando al alfa y beta a un par de metros. McCall miró sobre su hombro al chico de forma desconcertada, este le sonrió con nerviosismo sin moverse del lugar.
—Dunbar no cuenta, siempre ha sido un chihuahua rabioso y asustadizo —inevitablemente intercambie miradas con mi hermana mayor, y ambas asentimos de acuerdo a lo dicho—. Tráelo ahora.
Me encamine de nuevo a la celda, el de ojos avellanas estaba sentado en el suelo, no desprendía ningún aroma aparte de su perfume. Agudice mi oído en busca de los latidos de su corazón, pero estos latían con normalidad, este hombre si que sabe controlarse.
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𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF
Fanfic𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 ━todo el que conozca a los Hale, con solo la darle una corta mirada a esa rubia, sabrá a quien es idéntica. Muchos cambios afectarán a la m...