𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF

053

—Poder, la habilidad de controlar cosas —alzó una vara de metal al mismo tiempo que retrocedía—. Este metal no tiene poder, es decir, pequeño, insignificante. ¿Hay alguna manera de cambiar eso? —la pregunta iba para todos.

La respuesta era electricidad, lo sabía gracias a que en el internado íbamos demasiado avanzandos. Sabiendo la respuesta, no respondí, estaba más concentrada en las anotaciones de la libreta, donde tenía un listado de las personas de la mansión Hale.

George Gutierrez; humano de la tercera edad ✓
Tyler Robins; humano segunda edad ✓
Marianne Collins; humana segunda edad ✓
Scarlett Johnson; humana adolescente ✓
Sophia Gutierrez; infante, nieta de George ✓
Mateo Johnson; infante, hijo de Scarlett ✓
Talia Hale; Alfa de la manada ✓
ㅡㅡ Hale; ㅡㅡㅡㅡ ×

—Corey, te escucho —escuché cederle la palabra el señor Douglas.

—Añadiendo electricidad.

Sonreí al escuchar su respuesta. Las clases extras, que eran mayormente dadas por Mason, estaban dando buenos resultados.

—Exacto —el hombre retrocedió hasta llegar a su escritorio, donde dejó la vara y agarró otra rodeada de alambra—. Convertimos el metal...en un imán. Ahora tiene poder. Ahora tiene influencia sobre otros.

Tomo una bola de metal introduciéndola a un tazón de vidrio. Sabía lo que ocasionaría así que baje la mirada de nuevo a la libreta.

Laura Hale; hija mayor, antes alfa ✓
Derek Hale; hijo del medio, beta ✓
Cora Hale; hija menor...

Deje de escribir cuando mis oídos capturaron una estruendosa tos. Era el señor Douglas, parecía que se ahogaba.

—¿Esta bien, señor Douglas? —preguntó la voz de Hayden. Ella estaba sentada junto a Liam, en la mesa a mis espaldas.

—Solo es tos —respondió con un sonrisa algo escalofriante—. ¿En que quedamos? —murmuro por lo bajo—. Ahora le ponemos electricidad y un poco de poder. Añadiremos más electricidad.

Movió la manija que controlaba el nivel.

—Después de todo, entre mas poder, más control —de nuevo su tos volvió, esta vez junto a un golpe contra el escritorio.

Sin poder evitarlo compartí una mirada confusa con mi compañero de mesa, con quien solo hablaba lo necesario para los trabajos.

La tos del señor Douglas era rara, parecía sofocarse a sí mismo.

Observé atenta los movimientos del profesor, había agarrado una botella de agua y se había dado vuelta, dándonos la espalda. Daba mala espina.

—Imaginen lo ponderoso que podría ser con más electricidad sin límites —se dio vuelta a nosotros, siguiendo con la explicación, actuando como si nada hubiera pasado—. Como, por ejemplo, la de un rayo. ¿Que más podríamos controlar?

Por tercera vez su tos seca se hizo presente, esta vez sin poderla calmar camino rápidamente entre las mesas para encerrarse en el pequeño cuarto trasero.

—¡Mackenzie! —me sobresalte por el llamado, era Hayden, esta con la mirada señaló disimuladamente mis manos. Mis garras habían salido.

De inmediato cerré mis manos ocultándolas. Pedí internamente que mi compañero no las haya visto, y no lo hizo, su atención —como la de todos—, estaba puesta en la puerta donde provenían aun la estruendosa tos del profesor.

—Estoy segura de que así no me habían dado la clase, me largo.

—Rápido —me apresuro Liam jalándome del brazo.