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Entreabrí los ojos con molestia, el sonido de la alarma me levantaba de mal humor. Me asuste un poco al sentir un peso encima mi estomago, pero al reconocer el aroma me calmé. Agudice mi oído y por encima de la alarma escuche los latidos de Liam ir lentos, seguía dormido.

Tenia pensado a dejarlo dormir unos minutos más, pero al ver la hora en mi teléfono, ni me dio tiempo de bostezar. La alarma se había repetido por lo menos tres veces.

—Liam —hable con la voz un poco ronca. Intente levantarlo llamándolo de nuevo pero no funcionaba—. Es tu culpa, no mía —murmure antes de empujarlo fuera de la cama, de inmediato el chico se levantó del suelo alarmado.

—¡¿Que pasó?! —inquirió observando a su alrededor, buscando alguna amenaza.

—Llegamos tarde, eso pasa —me levante de la cama, tome mi pantalón del bolso que me quite ayer para después ir al baño sin hacer el mayor ruido posible, pues no sabía si los dueños de la casa habían llegado.

Abrí la puerta del baño con el cambio de pantalón pero al verme en el espejo, me di cuenta que seguía trayendo la playera de Liam. Me dirigí a su habitación queriendo tomar mi camisa pero Liam abrió la puerta de su cuarto antes de que yo tocara, ya estaba  cambiado con su mochila en el hombro.

—¿Nos vamos? —pregunto abrochándose dos botones de su camisa, observando con cautela a su alrededor. Que extraño.

—Un momento, deje mi camisa... —señale a sus espaldas, el ojiazul me miró encontrándose con su playera aun en mi.

—Puede-es dejártela-a —el aroma a nervios llegó a mis fosas nasales—. Si-i no te incomoda, claro.

—Entonces solo iré por mi bolso —me adentre a la habitación tomando lo antes dicho.

Sale de la habitación en silencio, al ver a Liam me percaté de que este seguía observando a su alrededor de forma cautelosa. Como si esperara a que alguien saliera y lo atacara.

Toque su hombro causando que se sobresaltara. En su mirada pude ver el miedo reflejado.





—¿Que es lo que tienes, Liam? —cuestione al verlo de igual forma que en su casa, caminaba a mi lado por los pasillos de la preparatoria. Antes que pudiera responder, cierto moreno y pelinaraja se colocaron frente a nosotros, sobresaltando al ojiazul.

—Chicos —saludó Masón—. ¿Los veremos en la fogata?

—Pensaba no ir a eso / No —respondimos a unísono.

—No pueden faltar —aclaró Lexa cruzándose de brazos.

—¿Por que no?

—Chicos, ustedes están en el equipo de lacrosse. Deben de ir.

—Yo... —Liam se dejó las palabras al aire con su vista a un costado, confusa le di un codee en las costillas para que reaccionara—. No creo que llegue.

—Vas a ir y harás el ridiculo frente a nuestra rubia. —el moreno me señaló, por lo dicho me sonrojé ligeramente—. Aparte buscaremos a dos jugadores de lacrosse para nosotros —está vez señaló a mi mejor amiga.

—¿Liam? —lo llamo Lexa al notar como este parecía en trance. Chasquee mis dedos frente a su rostro logrando que volviera a reaccionar.

—Eh si, allí estaré —fue lo único que salió de sus labios para después alejarse por el pasillo.





El entrenador conversaba con Scott aislados en una pared de los vestidores, a mi alrededor todos los miraban con sospecha pues hablaban en un tono bajo. Pase mi vista de ellos al ojiazul, este estaba sentado en una banca con la cabeza agachada.

Me animé a acercarme para preguntar que le pasaba, pero un llamado del entrenador hizo detenerme.

—¡De acuerdo!. Se que la temporada de inicio de temporada es importante para ustedes, también se que se sale de control a veces, hay ex-alumnos y equipos que vienen, también hay alcohol, y mucho, mucho alcohol —repitió lo último el entrenador para causando estruendosos aplausos y silbidos—. ¡Cállense! —vocifero, y rápidamente los vestidores se inundó un silencio—. Lo que no entiendo por que alguien quería ponerse ebrio frente a una enorme fogata, pero estoy resignado a no poder detenerlos, aún así les recuerdo que nuestro capitán McCall y niña Hale, estarán allí para delatar a cualquier vago. Vuelvan a clases —no tuvo que repetirlo dos veces para que todos tomaran su mochilas y salieran de la habitación, incluyéndome.





Miraba con una mueca el papel con la tarea anotada, pues la maestra al parecer disfrutaba encargar exageradamente sobre un tema que ni una semana llevábamos viendo. Levante mi mirada al reconocer unas voces, Scott y Liam estaban sentados en los últimos escalones, en medio de mi camino.

—...no podía apagarla, presionaba el botón de cancelar y no dejaba de imprimir. Hasta que Kenzie la desconectó —relataba el ojizaul mirando al suelo.

—¿Que imprimía...espera. ¿Kenzie? —Liam asintió levemente—. ¿Que hacia Kenzie en tu casa? —inquirió Scott con tono sorprendido y confundido.

—Dormir —respondí sobresaltando a ambos, estos mismos rápidamente miraron a sus espaldas conectando sus miradas con la mía.

—Más tarde tendremos una conversación junto a Stiles, a menos que quieras ir con Derek —me señaló acusándome, lo cual me hizo rodar los ojos—. Pero...¿Que imprimía? —volvió al tema, haciendo que Liam se parara un poco para después sacar una hoja de su bolsillo.

—¡¿Que demonios?! —apenas escuche el grito del entrenador, mis piernas de movieron por si solas a donde se encontraba, tuve que empujar a los chicos que seguían obstruyendo mi paso en las escaleras.

—¡¿Se encuentra bien?! —cuestione a menos de un metro de su oficina, me asomé en ella con los chicos detrás apenas siguiéndome el paso .

De la impresora hojas impresas no dejaban de salir, lo que causaba que el suelo estuviera lleno de ellas. Pero no era cualquier impreso, de nuevo se trataba de la lista de la muerte.

—¿Ves la diferencia? —pregunto Liam de brazos cruzados a Scott, quien se había agachado a recoger una de las hojas.

—Derek sigue sin estar en la lista.

—Y nosotros ya no valemos cinco, ahora valemos dieciocho —señaló nuestros nombres. Mire sorprendida aquellos.

—Mierda, debe haber un error —murmure ganándome una mala mirada de Scott—. ¿Como voy a valer yo solo dieciocho millones?

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Donde viven las historias. Descúbrelo ahora