𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF

031

—...vamos a perder sin el... —escuché lamentarse Liam, estaba sentado en la banca poniéndose su equipo. A su lado Stiles hacía lo mismo con movimientos algo torpes.

—¿Scott no ha llegado? —cuestione acercándome y tomando lugar en medio de ambos chicos.

—Tampoco Kira, está claro que perderemos.

—No, claro que no. Les dire algo , he estado practicando, soy bueno, muy bueno —comento confiado el hijo del Sherrif terminando de colocarse el equipo.

—¿Muy bueno? —con sarcasmo en mi voz ayude al chico a ponerse de pie junto a Liam. No habían pasado ni diez minutos que entramos al partido y Stiles había sido derribado tres veces seguidas.

—Llamaré a Scott.

Después de presenciar como los de Devenford volvían a anotar un punto, nos dieron unos minutos para descansar un poco. Inmediatamente de senté en la banca agarrando una botella de agua, no estaba cansada pero tenía la boca seca.

—Oigan, ninguno de los dos responde, debo de ir a ver qué pasa —aviso Stiles quitándose el equipo para dejarla a un lado de la banca.

—¿Te vas? ¿Que le diremos al entrenador? —inquirió Liam preocupado.

—No le diremos nada —respondí con mi vista en el ante mencionado. Los dos chicos siguiendo mi mirada, encontrándose al hombre tirando su silbato al suelo, al mismo tiempo que gritaba enfadado.

—No les pasará nada, estén tranquilos —intento calmarnos antes de levantarse de la banca y caminar hasta donde su padre y novia.

—Liam —llame su atención—. Estaremos bien —sin previsto me acerque dándole un beso en la comisura de sus labios, el chico sonrió un poco.

—¡Hale, Dunbar! —nos gritó el entrenador ocasionando que nos separemos—. ¿Que creen que hacen? —pregunto aun enfadado por el partido.

—¿Dándonos motivación? —respondí mas como pregunta por los nervios.

—¿Y funciona? —inquirió desconcertado a lo que nos encogimos de hombros—. No importa. ¡A la cancha! —no pude evitar reírme por lo bajo.

Corría con una velocidad limitada detrás del jugador de Devenford que traía la pelota. Pero me detuve en la mitad de la cancha cuando el aroma de mi padre se introdujo por mis fosas nasales. ¿Que hacía aquí? Dejé eso de lado cuando escuché un fuerte sonido, Brett había tacleado duramente a Liam, suspiré antes de correr hasta ellos.

—¿Por qué hiciste eso? —vociferó el ojiazul desde el suelo.

—Porque tienes miedo, puedo olerlo desde el otro lado —respondió Brett con tono duro—. ¿Estas herido?

—No.

—¿Sigues vivo? —volvió a preguntar.

—Evidentemente.

—Entonces levántate.

El árbitro sonó el silbato interviniendo en la conversación, justo en el momento que me había acercado lo suficiente hasta estar aún lado de Liam para ayudarlo a ponerse de pie.