Capítulo 42

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TERCER MARATÓN 2021
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Santiago

Cuatro días sin Diago en la antena y todo parecía marchar bien. No es como si se hubiera desentendido de sus obligaciones, él seguía en contacto constante con nosotros a través de Avril que fungía como su enlace. Yo no debía realizar una doble función, por eso ella se había ofrecido a hacerlo.

Luego del ataque, la tensión se respiraba en el aire y todos estábamos nerviosos por la presencia de los elementos de los ESE's en nuestro territorio. Cuando ellos aparecían, tenían el derecho de delegar la autoridad y hacer lo que les pareciera mejor.

Todo lo que ocurrió durante esas 36 horas fue rápido, peligroso y hasta siniestro.

Al llegar la noche, Diago estaba comprometido con la resistencia.

Yo le había confesado a Daniela que me gustaba como mujer y por supuesto, ella me había bateado magistralmente para luego ignorarme.

Yo me había acostado con Avril o algo así.

Franco había tomado una serie de decisiones sobre los hermanos Báez, Salvador y Susana.

Como dije; rápido, peligroso y siniestro.

No había hablado personalmente con Diago, no era necesario, ambos sabíamos lo que debíamos hacer.

Yo, hacerme cargo de la antena.

Él... bueno, él tenía muchas más cosas en su haber.

Llevar el peso del liderazgo de un movimiento insurgente debía ser agotador, por decir lo menos.

Esa noche, Diago se fue con los ESE's y Avril me puso al corriente del gran botín que habían encontrado en la ex base de Calipso, pero esas armas y el transporte no habían llegado a la antena, ambos desconocíamos su paradero y si Diago no nos lo había dicho, sus razones tendría.

Quizá en su momento, él calló para protegernos.

Al otro día por la mañana, Avril y Franco me abordaron en el comedor y me dieron un par de radios que estaban fuera del protocolo de Calipso. Radios satelitales pero programados en una frecuencia diferente.

— ¿Tienes tiempo? — Me preguntó Avril con esa mirada oscurecida que solo avistaba problemas.

— ¿Qué pasa? — Pregunté al aire.

Franco comenzó a hablarme de la resistencia. De lo que Diago estaba haciendo por la nación, de lo que su madre estaba preparando en conjunto con los líderes de Poseidón, es decir su hijo Damián. Elías Moreno, líder de suministros y jefe de Franco y quien sabe cuántos más que estaban de acuerdo con quitar a Fabián Díaz de su actual mandato.

Todos ellos estaban en contra de retirar el domo a costa de la vida de los pobladores.

Por lo demás, Franco me citó un pliego de necesidades y acciones que debían llevarse a cabo para restaurar el bien común.

Siempre he pensado que eso del bien común es una putada.

Pero también debo aceptar que tenían mucha razón. Si el domo era retirado, la mayor parte de la población moriría por causa de la exposición a la radiación exterior.

Vi entrar a Lorenzo al comedor, pero permaneció sentado a una distancia prudente. Me llamó la atención que estaba uniformado y armado.

— ¿Diago autorizó que el chico esté armado? — Pregunté con la poca calma que aun tenía.

FUGAZ - La noche de las estrellas rojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora