CUARTO MARATÓN 2021
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CONTINUAMOS...Daniela
Lo vi marcharse con el viento aquella tarde fría. Diago odiaba el frio. Decía que lo ponía triste y no le gustaba estar triste porque lo hacía recordar los momentos difíciles de su infancia. Nadie quiere eso.
Con tal de conservar esa sonrisa perfecta, yo quería interponerme entre el viento y él y darle todo el calor que había en mí. Y era mucho.
Se veía imponente, guapo y poderoso.
Llevaba su uniforme negro, sus pantalones cargo, camisola y chaleco balístico. Su arma corta en el muslo izquierdo me recordó aquel día en mi cabina de mando. Tan musculoso y moreno, sudando y sus profundos ojos oscuros mirándome con deseo. Recordé sus labios gruesos sobre los míos, sobre todo mi cuerpo, en cada parte de mi piel.
Una punzada dolorosa se me clavó en el pecho.
La camioneta había avanzado y yo solo recuerdo haber visto su brazo asomándose por la ventanilla del vehículo.
— Damián ordenó que se quedara un escuadrón más. —
— ¿Cómo? — Avril estaba detrás de mí, ni siquiera la escuché entrar.
— ¡Va a estar bien! Tranquila. — Dijo ofreciéndome una taza de café.
— Tengo miedo. —
— Es normal, eres humana. —
— Pero tú no lo tienes. —
— ¿Bromeas? Daniela, me cago de miedo, solo no permito que me paralice. Lo tomo como un incentivo para hacer todo mejor. —
— Eres la mejor en muchas cosas Avril. —
— ¡Uh! Juego de cumplidos. Dime más ¡Anda! Me gusta escuchar lo grandiosa que soy. —
— ¡Idiota! —
— ¡Hey! Adjetivos de alto impacto ¡Vamos mejorando! — Comenzó a reírse.
— ¿Y si no vuelve? — ¿Por qué pregunté eso?
— ¡Volverá! —
— Algo no me agrada. No sé tú, pero yo no confió en Damián. —
— ¡Volverá Daniela! No te hagas ideas... —
El estallido que se escuchó hizo cimbrar los cristales de la base. Avril se arrojó sobre mí, cubriéndome con su cuerpo. Las detonaciones no se hicieron esperar y algunas alcanzaron los cristales haciéndolos saltar sobre nosotras. Abril reptó hasta donde se encontraban algunos equipos y me lanzó un chaleco.
En el suelo, logré colocármelo, mientras ella repelía algunos de los disparos con su arma corta.
— ¿Puedes alcanzar mi rifle? — Me gritó desde la ventana que daba hacia el poniente.
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FUGAZ - La noche de las estrellas rojas
Ciencia FicciónCuándo desde el otro lado del mundo decidieron bombardear al país vecino, se olvidaron de los daños colaterales. Al principio, todos pensaban que mantenerse al margen de los problemas de las grandes naciones, era el mejor modo de sobrevivir. Lo cie...