Daniela
Cuando vi la foto de Diago aparecer en la pantalla, el estómago se me encogió de la sorpresa. Habiendo cientos de chicos ¿En serio nos tenía que tocar en el mismo escuadrón? Tendría que convivir con él un año entero, dependiendo completamente de su protección. Esto era el maldito colmo.
¿Cómo podía confiar en alguien que se embriagaba y no podía ni mantenerse en pie?
Lo busqué con la mirada por todo el auditorio pero no lo vi por ningún lado.
La dinámica era muy sencilla, una vez que te asignan, te retiras a la zona de armamento para ser abastecido de todo lo que teóricamente necesitarás para partir por la tarde a la zona de asignación.
Nos tocó el área HO225, a unos 300 km. de la cede de Calipso. Una zona aparentemente conflictiva pues se encuentra enclavada en una zona montañosa, de difícil acceso y con climas realmente intensos.
Decidí no pensar demasiado.
Me levanté para acudir a la zona de embarque lo antes posible, quería ver si podía despedirme de Tanny, que ya había sido asignada. Es que, una vez asignado tu escuadrón, no te dan demasiado tiempo antes de embarcarte. Calipso no da importancia a sentimentalismos.
Salí del auditorio y caminé por el pasillo para llegar al área común y vi a mi amiga recargada en uno de los pilares, rodeada de su escuadrón. Cuando me vio, corrió hacia mí y debo confesar que era la primera vez que sentía la enorme necesidad de abrazarla, tal vez sería la última vez que la vería.
— ¿Qué tal tu escuadrón? — Preguntó emocionada.
— Qué sé yo, no conozco a casi nadie. — Contesté aparentando indiferencia.
— Te asignaron con Diago, lo escuché hace unos minutos. Cuanto lo siento amiga. —
—No importa, igual es trabajo. Lo importante es que también asignaron a Santiago y creo que voy a estar bien con él, al menos lo conozco y puedo pedir que él sea mi escolta personal. —
—Santiago no me agrada, es demasiado arrogante. —
—Santiago no es arrogante, además ¿Tú diciendo cosas malas de alguien? — Agregué con suficiencia. Escuché su nombre y supe que era el momento de despedirnos. La abracé lo más fuerte que pude.
—Por favor Tanny cuídate mucho, quiero verte dentro de un año para poder escoger nuestros relevos y quedarnos juntas. —
—Cuídate tú también, te quiero Daniela. — Mi amiga me dio un beso en la frente, pues era más alta que yo y vi su pequeña colita de cabellos rubios balancearse mientras se alejaba hacia su destino.
Respiré profundamente mientras tomaba fuerzas del aire que entraba en mis pulmones y me encaminé hacia al aula de conexión.
Entré a un aula larga y bien iluminada donde ya estaban reunidos los chicos de suministros. Alicce, se acercó a mí con una sonrisa deslumbrante. Me dio una maleta que contenía uniformes y ropa cómoda, luego se retiró para continuar organizando los viáticos y el resto de suministros. Estos chicos sí que eran efectivos, fueron los primeros en ser nombrados y cuando llegaron los demás, ellos prácticamente ya tenían todo organizado y listo para entregar.
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FUGAZ - La noche de las estrellas rojas
Science FictionCuándo desde el otro lado del mundo decidieron bombardear al país vecino, se olvidaron de los daños colaterales. Al principio, todos pensaban que mantenerse al margen de los problemas de las grandes naciones, era el mejor modo de sobrevivir. Lo cie...