Cuándo desde el otro lado del mundo decidieron bombardear al país vecino, se olvidaron de los daños colaterales.
Al principio, todos pensaban que mantenerse al margen de los problemas de las grandes naciones, era el mejor modo de sobrevivir.
Lo cie...
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Gloria Díaz
Aquello, más que parecer una reunión de líderes, cada vez se parecía más a un mercado de ilegales. Todos hablaban y ofrecían soluciones y propuestas, algunas buenas y otras que de verdad te provocaban risa.
En ocasiones me hacían dudar de que sus genes y su intelecto fueran los mejores de la nación. Tanto así, que incluso llegué a considerar seriamente la estupidez como una condición médica degenerativa.
Lo sé, parece una broma de mal gusto pero, en ocasiones me pregunto ¿Cómo llegamos a ser el despojo de humanidad que somos ahora? Entonces miro a todos los estúpidos reunidos en este auditorio y lo comprendo todo.
La raza humana es desagradecida, indiferente y terriblemente ambiciosa.
Que rápido están olvidando que apenas hace menos de cien años, una continua toma de malas decisiones, justo como las que estamos tomando ahora, desencadenaron una serie de eventos que terminaron con la gran mayoría de los humanos sanos y dejaron humanos enfermos, infértiles y dañados.
Pero no estoy muy segura de que nuestro daño principal sea físico, tanto como emocional.
El mundo en el que vivimos ahora se enfrenta a una caída vertiginosa. Hacemos cosas terribles llevando como estandarte la bandera del bien común. Estamos volviendo a caer en la injusticia y la falta de tolerancia.
Dejamos morir a niños que no representen adultos productivos. Extinguimos a adultos que no quieran participar de esta toma de decisiones solo por conservar unos pocos años más, el actual estatus de comodidad. Estamos a nada de caer por completo en una banca rota moral consiente y determinada.
Soy líder de la división de genética en calipso. La división que se encarga de crear y estimular a los grandes pensadores, científicos e intelectuales del futuro. Pero siendo honesta, no estoy muy segura de que el futuro nos augure cosas buenas.
Cuando un humano pierde su humanidad. El mundo está perdido.
Tenemos maestros de todos los niveles de cada área importante que abarca la supervivencia. Ingenieros, maestros, doctores, científicos, químicos, biólogos, zoólogos, en fin, podría enlistar cada disciplina que genética dirige pero, no tenemos alma.
Lejos quedaron los días en que la música se consideraba un arte y era aplaudida por millones.
No podemos permitirnos el gastar dinero en la creación de instrumentos y menos perder el tiempo aprendiendo a tocar uno. La pintura, la escultura, la fotografía no son necesarias, a menos que sea para catalogar algún hecho relevante o científico.
Ya no hay nadie que pinte el atardecer en un lienzo. Que materialice en un trozo de metal o roca, la imagen que llena su cabeza. Las cámaras, que antes estaban al alcance de un clic, hoy son de uso exclusivo de Calipso.
