PRIMER MARATÓN 2021
1/3Franco
Pasamos toda la mañana preparando lo necesario para el viaje a San Hipólito. El problema principal lo presentaba la falta de espacio. Solo teníamos dos camionetas y forzosamente una debía quedarse en la cede. Honestamente eché de menos los camiones de transporte de personal que nos proporcionaba Calipso; grandes, espaciosos y sobre todo, multifuncionales. Pero bueno, para Calipso, esas cosas solo son necesarias en la sede principal. Las demás antenas se pueden rascar con sus uñas.
Mi cabeza estaba un poco desconectada de sus funciones. No podía evitar que las imágenes del día anterior se me vinieran a la mente y me provocaran escalofríos.
Diago era un excelente combatiente. Eso no había modo de dudarlo. Pero también un buen instructor. Tomó a esos chicos de la región y los estaba convirtiendo en excelentes elementos. Estaban siendo disciplinados, entrenados e instruidos.
Me gustaba verlo entrenar. Me gustaba verlo enojado y feliz. Solo, me gustaba verlo.
Diago no solo era mi hermano elegido, mi amigo y mi confidente. Él era una especie de luz al final de mi túnel. Yo sabía que Diago estaba destinado para ser alguien importante y haría todo lo que estuviera en mis manos para colocarlo en ese puesto. Aunque ni siquiera él mismo lo supiera.
Pero nunca había presenciado un enfrentamiento efectivo. Nunca había visto de manera real lo que las armas le pueden hacer a los vehículos, a los cuerpos. Era una pantalla, pero casi podía oler la sangre ¿Por qué se arriesgaban de ese modo los hostiles? ¿Por qué arriesgaban su vida por una cuantas cosas?
Bueno, mi respuesta me la daría la persona menos pensada.
— ¡Hey Franco! — La voz de Santiago era rasposa e intimidante. Imposible de confundir. Se acercó a mí y me saludó como normalmente lo hace. — ¿Ya estás listo? — Preguntó con su enorme sonrisa.
Era de admirar como Diago y Santiago podían ser tan buenos amigos, siendo tan diferentes entre sí.
Cuando conocí a Santiago no pude evitar una punzada de celos, ya que no solo es atractivo y atlético, sino también, increíblemente amable y empático. Me fue imposible verme envuelto en su encanto y carisma. Aun así, no dejaba de ser intimidante y yo trataba de guardar mi distancia.
— Nunca se está completamente listo. Ojala tuviéramos vehículos en que transportar mercancía y personal. — Agregué para iniciar una conversación.
— Estoy de acuerdo. Tal vez así todo sería más fácil. — Argumentó.
— Pues a mí me haría la vida más fácil. — Sonreí con timidez.
— ¿Qué haría tu vida más fácil? — La voz de Daniela me trajo de vuelta.
— Un camión. Uno enorme donde pueda llevar insumos, suministros y personal...—
ESTÁS LEYENDO
FUGAZ - La noche de las estrellas rojas
Science FictionCuándo desde el otro lado del mundo decidieron bombardear al país vecino, se olvidaron de los daños colaterales. Al principio, todos pensaban que mantenerse al margen de los problemas de las grandes naciones, era el mejor modo de sobrevivir. Lo cie...