Capítulo 4. Perfume

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– Voy a pedirte que el brazo lo dejes descansar por tres días, al igual que todo tu cuerpo — advierte el doctor luego de haberle realizado los puntos — Y que no te quites el suero, también tendré que hacerte una transfusión de sangre — avisa — Por...

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– Voy a pedirte que el brazo lo dejes descansar por tres días, al igual que todo tu cuerpo — advierte el doctor luego de haberle realizado los puntos — Y que no te quites el suero, también tendré que hacerte una transfusión de sangre — avisa — Por la herida perdiste bastante y queremos evitar un aborto

– Genial, más agujas — se queja a medida que recargaba su espalda en la cabecera de la cama

– Tendrás que soportar esa aguja tres horas — ríe yendo a buscar la sangre que había traído bien conservabada por sí era necesaria — Bueno si todo sale bien, a veces toca parar un rato para luego continuar

– Bien — suspira entregándole el mismo brazo que ahora tenía la vía del suero — Hágalo lo más rápido posible por favor

– No te preocupes, llevo años insertando agujas en mis pacientes — desinfecta su antebrazo — Tengo una técnica muy suave

– Doctor, ya arregle todo para que se quede aquí estos tres días, quisiera que la vigilará con cuidado — ingresa al cuarto — Me preocupa la herida del brazo

– Después de que reciba la nueva dotación de sangre y descanse, creame que la tendrá como nueva — cuelga la bolsa de sangre junto a la del suero

– Escuchalo — insiste — ¡Estoy bien! Esto es sólo por si la ocasión se presenta, estoy tan cansada que pasaré estos tres días postrada en la cama sin quejarme — sonríe falsa

– ¿Cree que podría hacerle otro ultrasonido? — pide — Quiero saber si el bebé está bien

– El doctor dijo que no era necesario — rueda los ojos

– Si eso lo deja más tranquilo señor Navarrete, sólo déjeme ir por el equipo — dice luego de sertificarse que todo estuviera yendo bien

– Claro, me quedaré aquí con ella para checarla — sube a la cama

– Eres más molesto que estás dos agujas que me andan atravesando la piel — niega

– Entiende que si sufres un aborto, tu condición actual va empeorar — dice preocupado — Necesito ver con mis propios ojos que tú te encuentras bien

– Bueno — concuerda — Tendrás que quitarme la ropa interior, tráete una toalla para no andar toda expuesta

– Tengo la toalla aquí — ríe acomodándose en sus piernas — menos mal traes vestido, esto facilita más las cosas

– Sólo quitamela, no es necesario que hables con la cara ahí — se queja







El doctor había regresado en cuestión de minutos nada más, después de preparar el celular para que pudieran ver el ultrasonido comenzó con el, tenía cinco semanas osea dos meses recién cumplidos, era una cosita ya más redonda que por suerte se encontraba bien a pesar de todo lo que había pasado en el exterior, cuando terminaron con el ultrasonido el doctor se quedó para vigilarla los primeros quince minutos de la transfusión, ya que podían ocurrir ciertos efectos secundarios pero cuando noto que todo iba perfecto los dejo solos de nuevo para que pudieran charlar sin tener que hablar en clave o simplemente censurandose.







Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora