Capítulo 28. Me Usaron!?

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– Qué pudiste descubrir ayer? — sale al balcón

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– Qué pudiste descubrir ayer? — sale al balcón

– Mientras jugabas con tu querida suegra — sonríe imitandola — Pude entrar a su despacho sin que nadie me descubriera, te estuvo investigando mi reina

– Si eso era cuestión de tiempo  — se recarga en la orilla — Qué sabe exactamente?

– Todo, incluso tiene lo de Altagracia, esa compa tuya tan bonita — ríe

– Demonios, esto puede explotar a mi favor como a mi contra — dice preocupada

– No desesperes bonita, tú humilde servidor aquí estuvo husmeando entre sus cosas y encontré algunas cositas interesantes — asegura — Te platico el chisme o vas a estar ocupada atendiendo a tu marido?

– Habla ya Lucho — rueda los ojos

– Tu linda suegrita, es dueña de la casa de las muñecas, se merece un altar por haber puesto un establecimiento taaaan bueno en este pueblo — ríe

– En serio? — sonríe — Vaya!

– Y no es todo, ahora me dirijo a la capital para saber, que esconde está linda llave — se la enseña — Hasta ahora sé que es de un banco

– Encárgate rápido de eso y luego me cuentas que descubriste — asiente — Debe ser muy importante como para no guardarlo en su casa

– Eso mismo pensé — concuerda — Estás muy hermosa hoy jefa — sonríe entrando a la casa — Incluso cuando te ves preocupada! Pero que chulada de mujer!

– Idiota — ríe entrando tras él — No andes gritando que luego se te aparece José Luís

– Y? No le tengo miedo a tu marido — da de hombros

– Aja, bueno ve a descubrir que esconde mi suegra, con eso podré lograr que guarde mi feo secretito — lo empuja a la puerta

– Es descortés correr a las personas! — se queja

– Lo sé — termina de echarlo al pasillo — Pero tengo cosas que hacer ahora

– Que mentirosa! A ver que se supone que tienes pendiente? — se gira

– Masturbarme — cruza los brazos

– Puedo ver? — sonríe

– En tus sueños — asiente — Ahora deja de atrasarme porque tengo un niño chiquito en casa y mucho tiempo para mí no hay

– Ya me voy — alza las manos — Te mandaré un mensaje cuando tenga todo — se retira

– Nunca falla — sonríe yendo en dirección a su cuarto — Mi amorcito, sigues enojado conmigo?

– Ya terminaste de atender a tu amigo? — finge leer unos correos

– No te pongas así — se quita los tacones para subir a la cama — Mi amor

Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora