Aquel Primer Verano

Capítulo 101. Berrinche

José Luís pasó otros dos días más ingresado hasta que por fin lo liberaban está mañana, Antonia había pasado la noche con él para asegurarse de que todo estuviera bien pero Verónica vendría para llevárselo a casa, aunque sospechaba que su suegra iría con ellos, no la culpaba después de tantos sustos era normal que quisiera asegurarse de que él estaría bien.

– Buenos días — entra a la habitación con una sonrisa — Listo para ir a casa a recibir besos y abrazos de tus hijos? Están muy ansiosos esperando por ti — va en su dirección

– También estoy ansioso por ir a casa — como estaba sentado la abrazo de las caderas recostando la cabeza sobre su vientre — Mamá irá con nosotros, quiere ver a los chicos

– Está bien — le acomoda el cabello

– Les parece si me encargo de todo el papeleo para sacarlo de aquí? — se levanta

– Firma por mi — asiente — Así lo sacamos rápido

– Dejaré que se agarren agusto, no es una imagen que quisiera ver — sonríe tomando su bolso antes de irse

– Cómo están mis gemelitos? — deja un beso sobre su abdomen — Se portan bien?

– Si — sonríe — Me dan un poquito de problemas, no les agrada mucho el cambio con la comida

– Ya empezaste con la dieta? — la mira

– Si, no es tan mala fíjate, puedo salirme de ella un fin de semana del mes — ríe — Pero no hay nada en ella que me desagrade, los del problema son estos dos

– Se acostumbraron a la comida que papi traía de afuera — deja más besos

– Voy a extrañar esos tacos — suspira

– Te dije que esa taqueria era la mejor — ríe — Las pastillas que te recetó para las náuseas te ayudan?

– Muchísimo, aunque no son frecuentes es como que ciertas cosas o olores nada más hace que las tenga — da de hombros — Ya voy a descubrir exactamente que para evitarlo o tomar la pastilla antes

– Ahora que estaré en casa, voy a cuidarte — asegura

– Lo sé pero me vas a cuidar desde la cama, el sofá o sentado en cualquier lugar, no puedes hacer esfuerzo — advierte — No quiero que vuelvas al hospital Luís, nada más lo haremos cada que tenga consulta y para el parto, oíste

– Si señora — vuelve acomodar la cabeza sobre su vientre — Ustedes dos se van a portar mejor verdad? No pongan de mal humor a mami con esos malestares, sino todo va a recaer sobre papi

– Que mentiroso! — niega

– Mi amor, saca panza — pide — Estás usando negro apropósito

– Cielo no tengo panza todavía, entre recién al segundo mes — ríe