Capítulo 40. Pruebas

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– Las mesas van a estar por todo el jardín delantero — le enseña los planos — Seguro querrán conocer mi casa así que prefiero que tengan acceso a la sala y los baños

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– Las mesas van a estar por todo el jardín delantero — le enseña los planos — Seguro querrán conocer mi casa así que prefiero que tengan acceso a la sala y los baños

– Si era en el jardín trasero podrían llegar hasta tu cuarto — asiente — Es una buena idea hacerlo adelante

– Si, bueno te encargaste de la comida? — indaga — Quisiera que estén por aquí más o menos, tendríamos acceso a ella todos

– Ya reserve, encargue lo que acordamos, las flores también están reservadas para ese día, dijiste que te encargarías de las bebidas — observa los planos — Los músicos deberían ir de este lado

– Corrigelo — le entrega una pluma — Lo de las bebidas también ya está

– Entonces tenemos todo cubierto — toma asiento — Ya inscribiste a mi nieto?

– Ya, va a comenzar en unas semanas, también tenemos que planear su cumpleaños — se lo recuerda

– Es tan lindo que llegará una semana después del cumpleaños de José Luís — sonríe

– Hubiera llegado el mismo día si no se hacía del rogar — ríe — Tuvo que esperar a que su papá saliera del país

– Dónde andan los dos por cierto? — indaga

– Fueron a casa de los Villegas, yo no salgo porque adivina — suspira

– Ya están aquí? — la encara

– Salieron ayer de tarde — se acomoda en el sofá

– Estarán llegando hoy, tal vez al medio día, depende del trafico — asiente — Les ponemos trabas en el camino?

– Ya lo hice — ríe — Les va a costar un poquitito entrar al pueblo

– Y luego? Seguro van a un hotel, les vas a quitar las habitaciones? — sonríe interesada

– No, mejor que tengan donde quedarse y no se hagan a los pendejos para venir a pedirme asilo — rueda los ojos

– Tienes razón — concuerda — Ya te hiciste la prueba?

– Por un día que me mareo ya me andan encima? Tengo suficiente con José Luís — se levanta

– Pero te la hiciste o no? — insiste

– No, no la hice pero como sé que no me vas a dejar en paz — la mira por unos segundos — Me la voy hacer, Dalia! Le traes a la señora lo que pida! Ahora vengo con tu prueba — se retira

– Es un favor que te hacemos! Mira si lo estás!? Con lo mucho que te gusta el tequila — da de hombros








Mientras Antonia esperaba en la sala con una buena taza de té, Verónica buscaba en el cajón del baño la caja con pruebas de embarazo, las tenía siempre a la mano por si a caso pero ahora no las estaba encontrando, luego recordó que las guardo en otro cajón, se hizo tres para tener una que hiciera el desempate, no tenía síntomas como para sospechar salvo ese día que necesito apoyarse en José Luís por unos instantes en casa de Antonia, desde entonces los dos no la dejaron tranquila, luego de lavarse las manos fue con las pruebas hasta la sala marcandole a José Luís para que no se enojara porque no le hablo de las pruebas.







Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora