Capítulo 76. Presentimiento

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Después de estar un rato bajo observación por fin le dieron el alta, le mandó un mensaje a Matamoros para que viniera por ella a la entrada del hospital, le habían recomendado que fuera con calma estás primeras horas, en otras palabras que se olvi...

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Después de estar un rato bajo observación por fin le dieron el alta, le mandó un mensaje a Matamoros para que viniera por ella a la entrada del hospital, le habían recomendado que fuera con calma estás primeras horas, en otras palabras que se olvidará de andar en tacones y que no intentará apresurar el paso de las cosas. Subió una vez más a la silla de ruedas y la enfermera la llevó hasta la entrada donde Matamoros la esperaba con sus pantuflas felpudas en las manos.

Cargó con su bolso y le ofreció su brazo para caminar la corta distancia hasta la camioneta, de ahí simplemente se dirigieron  a casa, al llegar antes de pasar a estar con sus hijos Francisca la mandó a cambiarse por algo más cómodo y a recostarse en la cama pues debía tener reposo, no le quedó de otra más que obedecer pero en todo momento su cabeza estuvo pensando en esas voces que escucho cuando la anestesia estaba haciendo efecto y el susurró antes de que despertará.







– Mandé a que te preparen un técito caliente — sonríe Francisca — Por qué esa carita? Te duele algo?

– Luís me estaba llamando Francisca — se abraza a si misma — Era su voz...

– Qué fue lo que te dijo? — se acerca

– Me llamó por mi nombre, no dijo Verónica — la encara — Preguntó donde estaba yo... me dijo mi amor

– He oído que la anestesia hace ese tipo de cosas, él no preguntaría donde estás — toma asiento — Los espíritus saben exactamente donde andamos y que hacemos

– No creo que fuera la anestesia, yo lo oí — insiste — También escuché otras voces

– Las reconociste? — indaga

– No... pero estaban hablando en términos médicos — dice al recordar — Antes de que digas que eran mis doctores, ellos hablaban de una lesión, el resto no lo entendí mucho porque empezaron a hablar todos a la vez, sólo sé que no tenía nada que ver conmigo

– Hija, creo que sólo te confundiste, deberías dormir un rato — sugiere — Antes de estar con los niños porque te veo algo alterada

– No quiero dormir, extraño a mis bebés — niega — Dile a Dani que puede venir y a la Nana que me traiga a Mau o iré yo por él

– Evita agacharte al menos estas primeras horas — se pone de pie — Iré a decirle a Dani que puede venir y te traeré a Mau







Espero paciente los primeros dos minutos pero casi se levanta de la cama al ver que se estaban tardando por suerte Francisca ingreso al cuarto con Dani corriendo para llegar a ella y un Mau que todavía no estaba entendiendo lo que pasaba por el sueño, Dani lleno de besos a su mamá ni bien pudo llegar a ella. Había estado muy preocupado pero al verla tan bien se le pasó de volada, Mau por otro lado se puso algo mañoso por el sueño pidiendo enseguida estar recostado sobre su pecho.

Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora