Capítulo 55. Crema

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– Amor quítate la blusa transparente, ya estamos los dos solos, amo tu cuerpo! — la persigue al comedor

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– Amor quítate la blusa transparente, ya estamos los dos solos, amo tu cuerpo! — la persigue al comedor

– Por qué no me dejas verme bonita? Esta blusa no disimula a nuestro bebé, él o ella está ahí, está blusa complementa todo — se sirve agua

– Eres hermosa sin nada! — la toma por la cintura — Andale, llevo esperando tanto para volver a ver esa pancita

– Y luego querrás que me saque la básica blanca no? — cede quitándose la blusa — Recuerda que tu mamá está en el cuarto de Dani

– Pero mira que hermosura! — la sienta sobre la mesa antes de agacharse y llenar de besos su vientre — Hola bebé! Es tu papi quien te habla, todos te estamos esperando ya

– Mi amor, ya sabe que eres su papá, te escucha todos los días — ríe

– La básica está molestandome — se la levanta dejando al descubierto su piel

– Lo imaginé — apoya las manos sobre la mesa para no caer hacia atrás — La vas a sacar o se quedará ahí?

– Te aprieta? Si te aprieta la saco cielo — pasa la mano sobre su vientre

– Te encantaría sacarla, tienes alguna fantasía con nuestro comedor que no me has dicho? Papi — lo analiza

– Amo cuando me llamas así — sonríe subiendo los besos a sus senos — La verdad si tengo

– Te parece si me platicas de ella, en nuestro cuarto y luego vemos como la realizamos — le acomoda el cuello de la camiseta

– Y si mejor te enseño? — la trae más cerca para acomodarse entre sus piernas — Te dejaría casi desnuda, sólo para admirar cuando me lanzas esas miradas de deseo, pidiéndome que te toque

– Está mesa si el mantel encima... es algo fría por el aire acondicionado, quieres que me agarre gripa? — le roba un pequeño beso

– No pero amo ver como tus pezones se ponen cuando hay algo de brisa o me miras — asiente tocando su muslo

– Cómo sabes que me provocas eso? — susurra

– Porque te muerdes la boca, me miras como si fuera pastel linda — ríe en un tono bajo pero que a ella le causaron muchas cosas

– Entonces sólo usaría tanga... digo para que puedas ver mis pezones no debo tener nada arriba — pasa las manos por su espalda

– Una tanga suena bien sexy — se inclina besando su cuello con una lentitud tortuante — De esas con encaje que tanto me gusta que te pongas

– Tengo una ahora — se muerde el labio — Es blanca

– No me provoques, sabes lo rápido que te puedo quitar todo — le muerde

– Empieza con las botas entonces — intenta quitarle la camiseta

– Luís! — alza la voz Antonia — Necesito que me prestes a tu esposa por unos tres minutos, luego puedes seguir tocándola de arriba abajo como en el almuerzo — entra al comedor — Ahora veo porque no comimos aquí dentro — cruza los brazos colocando una sonrisa burlona en su rostro

Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora