Capítulo 102. Malo!

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El resto del día la pasaron juntos al igual que en la cena, José Luís vio una película con los tres mientras que Verónica aprovechaba el momento para darse una buena ducha de agua caliente, para ella todavía era difícil de asimilar que tenía a dos...

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El resto del día la pasaron juntos al igual que en la cena, José Luís vio una película con los tres mientras que Verónica aprovechaba el momento para darse una buena ducha de agua caliente, para ella todavía era difícil de asimilar que tenía a dos personitas creciendo en su vientre, los últimos días antes de dormir veía la ecografía, apesar de todos sus miedos y dudas ver aquella imagen le causaba ternura y mucha ilusión, luego aparecían las típicas preguntas que toda futura mamá se las hace: "Cómo serán sus caritas?" "Sus voces?" "Se le parecerán más a su papá o a mi?".

Después de colocarse sus cremas espero un poco para ponerse la pijama, ni buen lo hizo fue a buscar a los chicos, los tres debían ir a la cama, aunque para las clases todavía faltaba una semana, Verónica ya los hacía despertar más temprano para que ese día le fuera más sencillo, además así Mau también se metía en la rutina. David se encargó de llevar a su padre al cuarto dado que Verónica acostaria a los niños, de milagro Mau no hizo una escena ya que hoy estaba bastante sensible, cuando los dos estaban dormidos se regresa a su cuarto.






– Descansa papá — se despide — Buenas noches Verónica

– Buenas noches David — sonríe — Cualquier cosa ya sabes, sólo toca la puerta

– Si... oigan mañana me dan permiso de ir al pueblo? Mamá sigue aquí y quisiera verla — abre la puerta

– Si, usa el chófer y ten cuidado — accede Luís — Ahora ve a descansar hijo

– Gracias — sonríe antes de irse y cerrar la puerta

– Y tú ven a acostarte, estuviste de un lado al otro — palmea la cama

– Descanse bastante para tu información — sube a la cama

– Lo sé, te vi sentada en varías ocasiones — sonríe — Ponte cómoda, voy a buscar mi pijama y vuelvo

– Cielo, deja que te la traiga — pide preocupada

– Mi vida, estoy de reposo pero no me voy a romper por buscar mi pijama — se levanta

– Si te sientes mal siéntate y me llamas — advierte

– Lo sé! — camina al closet






Aún algo recelosa se recostó de lado en la cama, lo espero por unos cinco minutos en esa misma posición ya que era fácil salir de la cama en caso de que tuviera que hacerlo pero para su tranquilidad, él apareció con la pijama puesta y con olor a menta, se había cepillado los dientes.






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