Capítulo 107. Estrés y Preocupaciones

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Escuchamos atentamente como confesaba haber entrado en el mundo de las drogas desde hace un tiempo ya pero que le fue sencillo esconderlo ya que David estaba aquí con nosotros, a mí esto no me gustaba para nada, podía imaginar diferentes tipos de ...

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Escuchamos atentamente como confesaba haber entrado en el mundo de las drogas desde hace un tiempo ya pero que le fue sencillo esconderlo ya que David estaba aquí con nosotros, a mí esto no me gustaba para nada, podía imaginar diferentes tipos de escenarios y ninguno era de mi agrado pero como ya dije, tengo un marido excelente, de buen corazón y que por sus hijos haría lo que fuera, ahora a mí me tocaba aguantar a esta fulana en mi casa porque obviamente necesitaba ser supervisada y cuidada, todo lo que consigues en rehabilitación pero adivinen quien no quería ir.

Tuve que esforzarme para esconder mi cara de pocos amigos ahora, nada más lo haría por David que estaba tan afectado por todo esto, Luís decidió que la acogieramos en casa justamente por lo mismo, sabía que estaba muy preocupado por su hijo y que lo quería apoyar pero de verdad, tener a esa tipa en mi casa, era demasiado. Por lo menos todavía no se mudaba, tenía que pasar sus peores días aquí de desintoxicación, ni de chiste la llevaba a mi casa para que estuviera gritando como loca todo el maldito día, además de vomitando en todo.

Ni yo que estaba embarazada vomitaba por los rincones, cada que meditaba este asunto menos me gustaba y Luís ya se había dado cuenta, era fácil, estaba mordiéndome el interior de mi mejilla y eso sólo lo hacía cuando usaba toda mi fuerza de voluntad para no explotar, aprovechando que ahora David estaba más tranquilo y acompañado de su madre, Luís se disculpo por ambos y salimos, me llevó hasta la sala de juntas que a esta hora estaba vacía, cerró la puerta con seguro y me dio la espalda por un par de segundos, sabía muy bien lo que le esperaba.






– La casa es de los dos Luís y a mi no me lo consultaste antes de dar esa pésima idea como solución — crucé los brazos antes de sentarme sobre la mesa

– Mi vida... — se gira por fin

– No hay "mi vida" que lo solucione Luís! — negué — Esa también es mi casa y no quiero a una drogadicta que se está desintoxicando cerca de mis hijos, ni siquiera la quiero cerca de ti

– Mi vida, va a ser más fácil convencerla para ir a rehabilitación si ve que todos la apoyamos, lo hará si David se lo pide — camina en su dirección — Si ve que él está bien cuidado

– Ella tiene la certeza de eso desde hace meses! — alcé un poco la voz — Por dios! David no estuvo mejor cuidado hasta que vino con nosotros

– Vida... — intenta tocarla

– No Luís — niega — No me toques

– No puedes estresarte — dice calmado

– Y a buena hora lo recuerdas, no crees que hubiera sido mejor antes de meterle esa opción en la cabeza? No te das cuenta que es eso lo que precisamente ella quería? — sonreí de lado — Me voy a casa, quédate con tu hijo que yo voy a cuidar de los míos







Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora