Capítulo 111. Pica Paletas

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Aquel día fue una montaña rusa, Dani se puso muy contento al saber que tendría dos hermanitos más pero cuando supo que uno de ellos era un varón, bueno por poco estalla de felicidad, Mau no estaba muy contento cuando decían que había más bebés per...

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Aquel día fue una montaña rusa, Dani se puso muy contento al saber que tendría dos hermanitos más pero cuando supo que uno de ellos era un varón, bueno por poco estalla de felicidad, Mau no estaba muy contento cuando decían que había más bebés pero su mamitis seguía intacta, incluso podríamos decir que sería el más apegado a ella ahora, se quedó otra semana en casa de su suegra pero pronto había conseguido un lugar propio, lo había alquilado pues tenía planeado regresar a su casa, ya era de su conocimiento que Vanessa no estaba en su casa desde el mismo día que le pidió el divorcio a José Luís.

Dónde la llevaron? Seguro a rehabilitación pero no le importo confirmar, desde que se mudo Antonia ha estado mucho más presente en las vidas de los niños, tenerlos tan cerquita por dos semanas la hicieron una abuela más dedicada pero no venía sola, siempre se traía a Lucía quien ya estaba recuperada del todo, la pequeña adoraba a su tía y ahora que habrían otros dos bebés bueno, era mucho más cariñosa con ella, algo normal dado que Lucía es hija única, sólo tiene a sus primos entre más tenga mejor para ella, Dani estaba vuelto loco iba detrás de su mami a todos lados para ver si podía ayudarla.

Los dos veían a su papá todos los días pero nunca estaban los cuatro juntos, si era algo difícil está situación pero no iban hacer preguntas, era obvio que este tema afectaba a Verónica, desde la separación ella pasaba más tiempo con los niños pero también iba a la mina, aprovechaba para ir a las tardes así los niños quedaban con la nana o con Antonia pero procuraba estar en la mañana por Mau, hoy no había reuniones en la mina pero decidió adelantar un par de cosas desde su oficina, las veces que llevo trabajo a casa le fue complicado terminarlo por los niños, ellos necesitaban de su atención y ser mamá prácticamente soltera no es fácil.

En uno de sus descansos decidió quitarse los tacones y subir los pies a el escritorio pero tenía un pequeño problema, moría de ganas por una paleta, de esas que pican un poquito, así que saco su celular y busco el nombre de Matamoros, tuvo que contarle lo que había y al hacerlo pues se vino desde la capital obviamente, se quedaba con ella y se volvió más o menos su chófer de nuevo, ahora lo utilizaría para que comprará esa paleta, normalmente se vendía en el centro del pueblo, se vendían de a tres, eran medio alargadas pero no grandes, le pidió que trajera seis de una vez, no eran muy dulces así que no habría problema, además eran artesanales.






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