Capítulo 41. Fiesta

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Los siguientes días fueron dedicados estrictamente a la fiesta, un sastre vino a la casa de Verónica pues uno de sus regalos para José Luís se trataba de un traje a la medida, la elección era complementamente de él obviamente aunque siempre buscab...

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Los siguientes días fueron dedicados estrictamente a la fiesta, un sastre vino a la casa de Verónica pues uno de sus regalos para José Luís se trataba de un traje a la medida, la elección era complementamente de él obviamente aunque siempre buscaba a su esposa para pulir algún detalle. Para nadie era un secreto que José Luís se sabía vestir muy bien pero desde que se casó con Verónica como que comenzó a verse mejor, ella realmente entendía todo lo del mundo de los trajes, accesorios para varón y ese tipo de cosas, por esa razón le enseño algunos colores que habían llamado su atención así como el tipo de tela que usaría el sastre.

Dani también tendría su propio traje, aunque este lo escogió su mamá, él estaba realmente contento por la elección no paraba de decir que se parecía a su papi. Al llegar la mañana del cumpleaños de José Luís, despertó con muchos besos provenientes de su esposa, unos cuantos minutos después apareció Dani con un dibujo además de gritar a los cuatro vientos "feliz cumpleaños" amaba este tipo de mañanas más que nada y se sentía muy afortunado de poder tenerlas a su alcance siempre. En el comedor le esperaba un desayuno con todas las cosas que más le gustaban, Verónica le permitía ese gusto en su cumpleaños ya que la mayoría de las cosas no eran nada sanas y quería que su viejito le durará muchos años más.






Tu mamá vendrá para el almuerzo, quiere pasar un rato contigo y luego me va ayudar a supervisar todo lo de la fiesta — baja a Dani de la silla — Nada de andar corriendo muchachito, acabas de comer

– Pero quiero jugar — se queja

– Dentro de un rato jugaremos tú y yo — garantiza José Luís — Ve a ver caricaturas hasta que tu estómago termine de procesar el desayuno

– Las verás conmigo? — se acerca — Papi me aburro cuando estoy solo

– Claro que las veré contigo, sólo tengo que hablar algo con tu mami y te alcanzó — sonríe

– Bueno pero no tardes! — da pequeños saltos mientras sale del comedor

– Y si hacemos un bebé por mi cumpleaños? — toma su mano

– Anoche estuvimos en eso, esperando que sea tu cumpleaños, recuerdas? — ríe

– Si pero podemos repetir — le guiña

– Repetiremos toda la semana o el mes si quieres — pasa a sentarse sobre sus piernas — Pero luego de la fiesta porque si nos ponemos a darle en todos los rincones, es muy probable que nos encuentren

Aquel Primer VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora