Fifty One

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Mi mano temblaba, yo estaba mucho más tranquila, pero el simple hecho de tener que llamarlo y actuar como si nada estuviera pasando se me hacía algo bastante complicado.
Me armé de valor y marqué su número; un timbre, dos timbres...

-¿Hola?- su voz sonó del otro lado de la línea y yo me puse más nerviosa que la primera vez que hablamos por teléfono- ¿Cielo? ¿Estás ahí?- su tono preocupado me devolvió a la realidad.

-Sí, perdona, es solo que acabo de salir de clases y estoy algo cansada...- odiaba mentirle, pero en estos momentos él tampoco se encontraba en una buena posición.

-Bueno, pero al menos terminaste temprano... ¿Está todo bien?- cuestionó nuevamente.

-Sí es solo que...- tienes que aclararme los rumores de citas que leí hoy- quería escuchar tu voz...- buena salvada Andrea. Escuché su risa al otro lado de la línea, y mi corazón dio un revuelco.

-A mí siempre me pone de buen humor escucharte...- no podía creerme que este chico que me hace tan feliz esté haciendo algo tan terrible como lo que leí.

-Sé que ya habíamos hablado sobre esto, pero, ¿crees que falte mucho tiempo para que regreses a casa?- yo sabía que no faltaba nada, pero necesitaba su confirmación para darle paz a mi intranquila mente.

-Intento que sea lo más pronto posible, mamá y papá también están ansiosos por mi regreso, así que quizá sea aún más pronto de lo planeado...- contestó optimista.

-Perfecto... Y Tom...- una pequeña parte de mí deseaba preguntar algo acerca de este mal entendido, pero sabía que lo correcto no era discutirlo por teléfono.- Te amo...-una vez más, no mentía.

-Y yo a ti...- pero y él... ¿Estaría mintiendo?

La llamada con Tom no me había aclarado absolutamente nada, y Jeremy parecía 10 veces más alterado que yo. Esa tarde me visitó y aparentemente esperaba que le confirmara los rumores, porque había llegado a mi habitación con lo que según él era: "un kit antidepresión". Debo admitir que me conocía lo suficientemente bien como para saber que necesitaría en caso de una emergencia, pero al contarle que mi novio no había confirmado o negado nada, simplemente se indignó.
No dormí mucho aquella noche, apesar de que mi amigo me dio una especie de masaje calmante, había funcionado al momento, pero en la noche di demasiadas vueltas. No llegué a estar tan alterada como para soñar con eso, pero sí debo admitir que al cerrar mis ojos la imagen de Tom alejándose con otra persona aparecía por unos cuantos segundos.

Necesitaba distraerme, porque era claro que no podría estar alterada hasta que mi novio aterrizara en Londres, no era algo sano. Y aunque no necesariamente me olvidaría del asunto, tener mi mente ocupada me parecía lo más conveniente.
Me decidí a cambiar mi humor, a darme una tarde para mí sola, y olvidarme de todo aquello que no fuera bueno para mí en este momento. Y qué mejor que tomar mi cámara y caminar por las calles de la hermosa ciudad en la que vivo. Porque a fin de cuentas para eso estoy aquí...

Los paisajes sorprendentemente soleados y el viento en mi rostro me daban una sensación de calidez que no se comparaba con nada. Retratar momentos tan simples pero tan bellos como esta tarde era algo muy satisfactorio. Compré mi té favorito y lo cargué conmigo hasta que terminé la última gota, mi cámara dispara una y otra vez. Casi podía asegurarme que la memoria estaba por terminarse, y eso me ponía extrañamente feliz.

Caminaba por una de las avenidas principales, mirando a las personas pasar. Qué increíble es que llevó tanto tiempo viviendo aquí y nunca llego a apreciarlo lo suficiente. Estaba apunto de guardar mi lente hasta que una bella escena capturó mi atención, un ave color rojo volaba en lo alto, y detrás de ella una nube ocultaba unos rayos de sol. Era algo hermoso, así que levanté mi cámara y la apunté a dicho sujeto, pero poco antes de capturarla noté como a su lado yacía un espectacular. Una gigante fotografía de Spiderman algo desgastada estaba ahora ocupando mi mirar, parecía ser un cartel que alguien olvidó cambiar, ya que como mencioné estaba gastado, casi apunto de borrarse por completo de la valla.
Quería contener cualquier emoción que se avecinara, así que decidí alejarme de ese lugar y volver a casa.

Intertwined-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora