Thirty Seven

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Los nervios me invadían, y ni siquiera sé por qué. Yo claramente sabía que Tom y yo no habíamos pasado de jugar un rato, pero por alguna razón el que Jeremy me cuestionara con tanta insistencia me dejaba ansiosa.

-Andy, si nada pasó, nada pasó... Relájate ¿ok? Sólo estábamos bromeando... - comentó Lucas mientras se acercaba a mí y alborotaba mi cabello de manera juguetona.

-Claro claro... - respondí riendo, intentando relajarme.

-Bueno ya que nos queda claro que no sucedió nada "jugoso", por lo menos dinos, ¿te sorprendió con algún gesto romántico?- dijo Jeremy mientras se sentaba de nueva cuenta encima de una de las lavadoras.

-Pues él estuvo algo ocupado trabajando, pero nadamos un rato y me presentó a sus compañeros de trabajo... - comenté mientras me sentaba en el suelo con las piernas dobladas.

-Eso suena importante-Lucas chilló emocionado.

-Y créeme, lo es, porque no son compañeros de trabajo cualquiera... - comentó Jeremy, pero enseguida razonó lo que había dicho, yo le lancé una mirada matadora y estoy 100% segura, de que mi rostro ahora estaba rojo.

-¿A qué te refieres J? - la curiosidad de Lucas acababa de despertarse, pero yo no quería decirle nada, porque aunque confío en Jeremy, a su novio o lo que sea que sea de él, no lo conozco.

-¡A nada! , sabes como es Jeremy, siempre exagera las cosas-dije mientras fingía una sonrisa burlona.

-Pero estoy seguro de que me ocultan algo, porque los 2 se pusieron demasiado nerviosos cuando J dijo eso... - Lucas nos miraba con sospecha, y no lo culpo. Honestamente hasta yo hubiera estado curiosa por saber la cosa es que esto no era tan sencillo de explicar...

-Chicos no es que no quiera seguir platicando con ustedes, pero estoy algo cansada y creí que sí me ponía a hacer algo se me olvidaría, pero creo que no... El jet lag me está comenzando a pegar- dije mientras fingía mi mejor bostezo. Lucas no parecía muy convencido con mi excusa, pero no tenía porque darle explicaciones de mi vida amorosa. De hecho siento que para acabar de conocernos sabía más de lo que muchos de mis amigos de casa sabían...

Me fui no sin antes despedirme y me dirigí directo a mi habitación. Me recosté en mi cama y ni siquiera volví a mirar mi ropa, la acomodaría después.

Miré mi celular, quería ver si de casualidad tenía un mensaje de Tom. Pero para mi desgracia, no había ninguno. Quise llamarlo, honestamente tenía ganas de saber sí ya sé encontraba en casa, o qué estaba haciendo en esta tarde que acababa de notar, era bastante agradable.
Pero decidí no molestarlo, siento que se sentiría presionado por platicar conmigo y no expresaría el cansancio que tenía en realidad; así que solo me recosté, puse algo de música y cerré mis ojos para intentar conciliar el sueño.

Luego de unas horas me despertó el ringtone de mi celular, aún adormilada lo tomé sin siquiera ver de quién se trataba.

-¿Hmm? - ni siquiera había logrado articular un sonido coherente, que vergüenza.

-¿Te desperté de casualidad? - un Tom bastante risueño se manifestó al otro lado de la línea. Y fue en ese entonces que me senté de golpe en mi cama. Mi accionar fue tan brusco que hasta me mareé un poco.

-No, no, solo estaba algo cansada, es todo- contesté mientras reprimía un bostezo.

-Ajá... Bueno, espero que ese cansancio ya haya desaparecido, porque quiero invitarte a cenar en casa. - una sonrisa se formó en mi rostro, por cierto, ¿qué hora era? ¿cuánto tiempo me dormí? Despegué un poco mi celular de mi oreja para poder ver la hora, eran las 10:30 de la noche. Osea que mi siesta había sido bastante larga...

-¿Pero no es algo tarde? Yo puedo esperar a mañana... - dije apenada, después de todo sé que ambos nos encontrábamos cansados.

-Si lo dices porque estoy cansado, créeme que prefiero estar contigo a dormir... - comentó y yo estaba segura de que en su rostro se había formado una sonrisa, porque a mí me había pasado lo mismo.

-Está bien Holland... - dije resignada- deja me pongo decente-reí.

-Ven como sea que estés, sé que hasta en pijama te ves hermosa... - les juro que sí este hombre sigue hablándome así, no voy a poder contener mi emoción y quizá grite.

-Contigo sé que no hay problema, y te agradezco mucho que me consideres hermosa hasta en mis fachas, pero no quiero que tus padres me vean así. - Tom soltó una de sus sonoras y características carcajadas.

-Te veo en un rato entonces Thompson... - dijo retomando el aire.

-Dame unos minutos y estaré por allá Holland.

Colgué y comencé a alistarme. Me puse una chaqueta de mezclilla y tomé una bufanda color verde esmeralda, tomé unos jeans de mezclilla también, tomé mis botines negros y salí de mi habitación. Mientras bajaba las escaleras, recogí mi cabello en una cola alta de caballo, me acerqué a la acera y esperé un taxi. Llegó bastante rápido y en menos de lo que noté ya me encontraba frente a la casa de los Holland.

Toqué el timbre algo apenada, porque después de todo no era una buena hora para tener visitas.
Esperé a que alguien me abriera, pero no hubo respuesta, miré por la ventana y las luces estaban encendidas, así que no comprendía porque nadie me atendía. Hasta que de repente Harry apareció del otro lado de la puerta.

-¡Siento la tardanza!-comentó más agitado de lo normal, como si hubiera corrido para abrirme.

-¿Qué tanto hacías Holland? - pregunté curiosa.

-Estaba aplastando a Sam en Halo, no espero que no te enojes, pero sí que me comprendas... - dijo haciendo un gesto similar al de un cachorro regañado. Yo reí y golpeé su hombro.

-Pues está helado aquí afuera pero supongo que te entiendo... - me encogí de hombros resignada. - ahora, dime ¿dónde está el Holland al que vengo a ver?

-En la cocina preparando no sé qué... - comentó para después hacerse a un lado para darme el paso, yo agradecí y entré a su hogar.

Me dirigí a donde me habían dicho que se encontraba el susodicho, quién por cierto tenía la cocina hecha un verdadero desastre.
Cubrí mi rostro algo asustada, pobre del que tuviera que limpiar ese desastre...

-Andrea, ¡llegaste! - dijo dejando todo lo que estaba haciendo para correr a abrazarme. Su gesto fue tierno pero quizá algo exagerado; porque después de todo solo teníamos algunas horas de no vernos.

-Thomas Stanley Holland, ¡¿qué parte de descansa no entiendes?!-comenté molesta después del abrazo.

-No podía descansar, apesar de todo lo que hice hoy no me era posible conciliar el sueño...

-¿Así que nos quisiste arrastrar a todos a tu insomnio o...? - comenté sarcástica.

-No es eso, es solo que pensé... Ya sabes... - comenzó a jugar con sus dedos como si se tratara de una colegiala nerviosa.

-¿Pensaste qué? - pregunté seria.

-Qué sí quizás tú.. Ya sabes... Que si dormías conmigo podría descansar mejor... - dijo para después rodear mi cintura con sus brazos.

-No seas cursi con toda tu familia aquí- reí.

-Anda, solo es una noche, mañana podrás dormir de nuevo en tu residencia, o en mi casa... Lo que tú prefieras-dijo con una mirada sugerente, a lo que yo respondí con un leve codazo en su estómago, él se quejó pero sé que sabía que lo que había dicho me había puesto nerviosa.

-Está bien, me quedaré... - un: ¡yay! salió de su boca causándole bastante ternura.

-¿Entonces qué dicen si hacemos una pijamada? - comentó Paddy, quién parecía haber estado escuchando toda la conversación junto con los gemelos. Tom y yo los miramos molestos, pero después soltamos una carcajada.

Supongo que tendría una pijamada con los Holland... Aunque siendo honesta la opción de quedarme a solas con Tom en su casa me habría agradado mucho más...

Intertwined-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora