Fifty Eight

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A la mañana siguiente todos desayunamos juntos, mi hermanito seguía como caminando en las nubes, tener a Tom ahí lo ponía del mejor humor. Mi chico y yo compartimos algunas miradas cómplices durante este momento, nadie pareció notarlo, y si lo hicieron prefirieron no decir nada al respecto.

-Y bien, ¿llevarás a Tom a dar un paseo por nuestra ciudad el día de hoy?- preguntó mi madre mientras le servía jugo de naranja a todos.

-Me encantaría, pero no sé por cuánto tiempo más lo tendré conmigo...- comenté cabizbaja.

-Es verdad, olvidaba el detalle de tu trabajo hijo...- comentó ella apenada, aunque Tom lo parecía aún más.

-No tienen idea de cómo me gustaría pasar más tiempo con ustedes Thompsons, pero mi agenda está más apretada qué nunca...- dijo para después tomar mi mano que estaba posada sobre la mesa.

-No te disculpes, eso yo ya lo sabía, y de hecho yo tengo que seguir con mi trabajo en el estudio...- dije para quitarle todo el peso a él.

-Aceptaré si me invitan a comer, pero por desgracia es lo más que puedo hacer- miró a Jack quien se había aparecido de la nada junto de él, estaba parado y con el gesto de un cachorro regañado.-¿te gustaría comer conmigo Jack?- preguntó al pequeño que enseguida asintió con efusividad.

-¡Hoy podremos jugar más!- exclamó mi hermanito para después correr como rayo hasta las escaleras, aparentemente iría por sus juguetes.

- Creo que no tendré tiempo ni para ayudarles con la comida, Thompson Jr. acaparará toda mi atención. Todos reímos ante su comentario, pero tenía razón.

Mamá decidió preparar algo sencillo pero delicioso, era una de sus especialidades, una caserola deliciosa que era receta de mi abuela. Yo la ayudaría en lo que pudiera, porque apesar de que yo quería aprender, ella era un poco conservadora en cuanto a las recetas familiares.

Papá iría por los ingredientes, y Tom, bueno él trataría de entretener a la pequeña bestia.

Subí a cambiarme, me pondría algo cómodo porque sabía que en algún momento de la mañana tendría que dejar que mi madre hiciera lo suyo y yo iría a entretenerme con los chicos (cosa que en efecto pasó). Mamá sólo me dejó ayudarla a preparar la carne, ella se encargaría de todo lo demás, según ella la salsa secreta era aún demasiado para mí. Reí ante su extraño comportamiento y decidí ir a darles una vuelta a mi chico y a Jack.

-¡Wow!, esto parece un campo de batalla- no sé cómo pero en tan solo hora y media mi hermano y Tom habían convertido el jardín en una especie de campo militar, habían tomado los bloques de juguete de Jack, los cojines de las sillas del patio y uno que otro costal (que no sé cómo consiguieron), y se habían fabricado cada quien una barricada. Tom tenía puesto un casco militar de Jack que le quedaba pequeño y se caía de su cabeza cada tanto. Jack por el contrario había tomado una bufanda de mamá y la había amarrado a su cabeza como si de Rambo se tratara.

-¿Qué dices? Bastante impresionante ¿no?-dijo Tom saliendo un poco de su "escondite".

-A decir verdad, sí. No sé cómo lograron esto, pero se ve que se están divirtiendo- reí. Jack salió de su puesto y se acercó a mí con un sable de Star Wars en mano. Jaló mi manga y me miró como si fuera a pedirme algo.

-¿Quieres ayudarnos a derrotar a los malos?- me ofreció el sable. Yo asentí contenta.

-Tú solo dime ¿cuál es mi posición capitán?- dije cambiando mi mirada a una más seria.

-Puedes esconderte con Tom, yo ya tengo a unos cadetes conmigo- miré su barricada y noté que en ella había un león de peluche vestido de policía y una figura de Iron Man que era casi del tamaño de mi hermanito.

-Entendido- dije y luego me acerqué a mi novio. Al llegar a su lado, me sonrió.

-¿Listos?-gritó Jack, yo no sabía para qué, pero le dije que sí. De repente comenzamos a correr y ambos chicos gritaban cosas sobre llegar a una base y tener que pasar primero los obstáculos. Yo les seguía la corriente pero eran ellos más que nada quiénes inventaban la historia. Así estuvimos por al menos otras 2 horas hasta que mamá nos llamó para entrar a comer.

Todo lucía delicioso, Tom se veía muy contento, y comió con el mismo gusto. Tuvo que apresurarse un poco, pero logró agradecer por todo y hasta probó el postre que papá había traído de una pastelería local que nos volvía locos a todos.

Una vez terminada la comida Tom recibió una llamada de quién me imagino sería su agente. Tenía que irse. Lo acompañé hasta la puerta porque para mi mala suerte no iba a ser buena idea llevarlo al aeropuerto, todos lo reconocerían.

-Bueno Thomspon, tú príncipe azul debe volver a su realidad...-comentó entre risueño y cabizbajo.

-Me temo que el hechizo esta vez fue mucho más corto...- contesté siguiéndole el juego.

-No me cansó de disculparme por no poder estar más tiempo contigo, pero así es esto.

-Lo sé, y yo tampoco me canso de decirte que no es problema, puede que sí sea complicado, pero lo vales Holland, cada segundo.- dije, él sin previo aviso se me acercó y atrapó mis labios en un profundo y apresurado beso.

-Contrólate hombre araña, mis padres pueden vernos ...-dije riendo aún sobre sus labios.

-Es inevitable cuando te tengo cerca...- dijo en un susurro seductor.

-Te prometo estar en casa para las fiestas, ve consiguiendo el muérdago...- ahora yo me puse coqueta, él simplemente suspiró.

-Bueno, sabes que me encantaría prolongar 2 horas esta despedida, pero tengo que tomar un vuelo- acarició mi mejilla con delicadeza- te amo.

-Y yo a ti- nos abrazamos, sentí como el agarre se deshacía despacio y de repente yo ya lo veía caminar hacía el taxi que lo llevaría a su destino. Le dije adiós de nuevo desde la puerta y sin más esperé a que el auto desapareciera de mi campo visual. Una vez más estábamos separados... Y aunque no quise comentarlo, algo dentro de mí me hacía pensar que sería por más tiempo del que teníamos pensado...

Intertwined-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora