Thirty One

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Sentí como alguien me sacudía el hombro con delicadeza, mis ojos se abrieron con dificultad debido a las horas de sueño. Al abrirlos noté que Tom se encontraba a tan solo unos centímetros de mi rostro, estaba sonriente y su expresión reflejaba que el también acababa de despertar.

-Ya llegamos Andy...-dijo casi en un susurro, seguido de un largo y sonoro bostezo. Reí de ternura ante su gesto y asentí respondiendo a su mensaje.
-Me sorprende que hallamos dormido todo el vuelo... Eso puede que sea una explicación a mi dolor de cuello-reí mientras posaba mi mano en el lugar mencionado y sentía como este tronaba al moverlo. Tom solamente besó mi mejilla fugazmente como respuesta.
Bajamos del avión y aquí fue el mismo furor que al despegar. Las fans si que eran devotas, se encontraban a todo el rededor del aeropuerto, esperando para poder saludar a Tom o pedirle una fotografía. Yo no sabía cómo actuar pues temía que sí me veían muy cerca de él sospecharan algo de mí. Así que intencionalmente caminé más despacio, casi mezclándome con la multitud pero sin alejarme lo suficiente de los chicos y el staff que nos acompañaba. Por suerte al subir a la camioneta que nos llevaría al hotel donde nos hospedaríamos no hubo ningún problema. Los guardias de seguridad del aeropuerto hicieron un buen trabajo protegiéndonos. Y una vez en el auto todo fue paz... Bueno, relativamente, porque Tom y sus hermanos se la pasaron contando chistes y riendo por cualquier cosa durante todo el trayecto. Me encantaba la relación de estos chicos, pero había una pequeña parte de mí que se sentía mal por ellos, tener que abandonar el tener una vida normal no debe de ser nada sencillo. Y después de ver el enorme alboroto que causaron sólo pisando el aeropuerto, me hace imaginarme todo lo que viven a diario. No tienen privacidad... Pero aún así son amables con todo el que los rodea, y eso es lo que más me agrada de esta familia.
Al llegar al hotel no hubo más que una que otra fan. Pues aparentemente los guardaespaldas de los Holland se habían encargado muy bien de conseguir un lugar "seguro" para ellos. Y ya que estaríamos aquí solo 2 días podían gastar un poco más en esto. Bajamos del auto y sentí la brisa característica de los lugares playeros, el primer destino sería Río de Janeiro, uno de los miles que tendrán que ver los chicos, Harry me comentó que han ido a literalmente cada rincón del mundo, y debo admitir que me pone algo triste no poder conocer todos los lugares a los que viajarán cuando yo regrese a la universidad. Pero me encargaría de disfrutar lo poco que pueda.

Pasamos al lobby para recoger nuestras llaves, yo hasta ahora no había razonado como iba a estar la distribución de las habitaciones... Porque mi loquita cabeza dijo: "Quizá pueda quedarme con alguna de las estilistas de Tom" o alguna otra tontería, pero todo el mundo asumió que lo más lógico era que yo me quedara con Tom. Al subir y entrar cada uno a sus habitaciones yo me sentía un poco nerviosa. No es que no confiara en Tom, pero está clase de situaciones siempre son un poco incómodas.
Tom dejó su maleta sobre la cama y comenzó a rebuscar algo en ella, yo por mi parte seguía sin ser capaz de moverme de la entrada. Estaba parada junto a la puerta de nuestro baño. Como estatua, me veía bastante ridícula de hecho. Tom notó mi accionar y me miró divertido.

-¿Andy? - lo miré aún algo desconcertada. - ¿acaso te clavaron al piso o algo? - preguntó para después acercarse a mí lentamente, como si tuviera miedo de asustarme o de que fuera a reaccionar violenta.
-No no, es sólo qué... - rápido piensa alguna mentirita- nunca me había hospedado en una habitación tan grande-buena salvada Thompson, quién diría que eres mejor trabajando bajo presión.
-Ya veo... Pues disfrútala, es toda tuya y también todo lo que hay en ella-eso último lo dijo con un tono algo sugerente pero bromeando. Yo con mi mentalidad de niñita de 5 años, me sonrojé, tenía que aprender a controlar mis reacciones.
-Gra.. Gracias... - articulé después de unos muy largos segundos.
-Bueno, sabes que me encantaría quedarme contigo o ir a la piscina que está abajo a tomar el sol, pero me temo que hoy tengo toda la mañana ocupada... - dijo mientras sacaba unas gafas de sol de su maletín más pequeño. Se las puso y la transformación a estrella de cine me deslumbró por completo, ¿como podía ser posible que eso lo lograran unas simples gafas?
-No te preocupes, sé que este viaje es de trabajo, ya me las arreglaré para ver que tiene de divertido este lugar...-comenté sarcástica. Soltó una de sus características sonrisas y nuevamente me derretí.
-Pero haré lo posible por despejar mi agenda de la noche ¿sí? - asentí esperanzada.
-Yo me las arreglaré para no turistear tanto... Porque sino en la noche aunque tengas tiempo yo solo querré dormir- comenté mientras tecleaba en mi teléfono tonterías tipo: "lugares turísticos en Río además del Cristo".
-Está bien... - se calló por un rato, pero era obvio que quería decirme algo.
-¿Quieres decirme algo más? Digo porque no es que me moleste tu cara pensativa, pero creí que quizás expresar lo que tienes en mente sea mejor-comenté en afán de animarlo.
-Es que te iba a sugerir... Sí ... Querrías acompañarme a las entrevistas...-una vez que soltó eso miró a todos lados menos a mis ojos, era como un niño pequeño pidiéndole un dulce a su mamá.
-Sabes que me encantaría eso Tom... Pero no creo que sea una buena idea... - comenté mientras me acercaba a él para tomar su mano, él me miró y asintió decepcionado, sabía que no sería muy buena idea crear especulaciones de nada ahora que estábamos empezando una relación. Pero aún así me quebraba por dentro el no poder verlo hacer lo que tanto ama, verlo feliz conviviendo con sus fans... Es muy pronto para todo eso. Y él lo que necesita ahora es que la gente se enfoque en Spiderman, no en la vida amorosa de Tom Holland.
-Yo te entiendo Andy, pero aún así te recompensaré por esperarme hoy. Te lo prometo- me abrazó sin avisar y yo torpemente respondí. Amaba abrazarlo, su aroma se impregnaba por todo mi ser y era algo fabuloso. Sentía como su corazón latía, agradecía ser más bajita que él porque así su agarre me acobijaba por completo.
Antes de poder decirnos algo más, alguien llamó a la puerta, era el mánager de Tom, recordándole que se hacía tarde para una de sus múltiples entrevistas. Tom se despidió de mí con un fugaz beso en la frente y se apresuró a bajar. Yo antes de hacer cualquier cosa me cambié la ropa, sentía que lo que traía aunque era cómodo no encajaba mucho con el clima de aquí.
Opté por usar unos shorts no muy cortos de mezclilla y una blusa lila de hombros descubiertos, tomé mis converse blancos, mi bolso y me dirigí al vestíbulo. Miré a todas partes para ver sí podía pedir ayuda a alguno de los empleados, necesitaba conseguir un taxi.
Luego de unos minutos una señorita de cabello rubio y ojos increíblemente azules se acercó a mí, le dije lo que necesitaba y ella amablemente llamó a un servicio de taxis.
El hotel aparentemente era algo muy exclusivo porque se escuchaba a todo el mundo hablar en clave cuando se referían a los nombres de quiénes se estaban hospedando aquí. En lo que esperaba el taxi, me pareció divertido intentar adivinar a quiénes les pertenecían los apodos que estaban murmurando los empleados. Escuché a un tal "Skywalker" y aunque mi primera opción fue adivinar a Mark Hamill, después pensé que eso sería demasiado obvio. Escuché al menos otros 3 más pero me rendí pues había demasiadas posibilidades. Al llegar el taxi agradecí a Marnie (la chica que me había ayudado) y subí a este.
-Buen día señorita, mi nombre es Robert y seré su chófer por hoy.
-¿Todo el día? - pregunté sorprendida. Él asintió y me dijo que era una especie de servicio que incluía el hotel, fue ahí cuando dije que efectivamente aquí solo se hospedaba famosos.
-¿A dónde le gustaría ir? - preguntó amable.
-Hmm, siendo honesta... No lo sé... Es mi primera vez aquí...-Robert dejó de ver al frente y me miró asombrado.
-¡¿Nunca había estado aquí?! - negué avergonzada.- Pues entonces yo seré su guía madame... Aunque quizá usted podría darme una idea de lo que le gustaría hacer... Me puse a pensar, pero nada venía a a mi mente, así que dejé que Robert me soprendiera.

Intertwined-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora