Intertwined-Tom Holland

Four

Mi semana pasó volando, y en menos de lo que había notado mis primeros días en la universidad también. Harry y yo hablábamos casi diario, y junto con Jeremy(mi pintoresco amigo que conocí el primer día, ya saben el que habla y habla), habíamos formado un peculiar grupo de amigos. Debo admitir que algunas chicas de grados arriba al mío me miraban extraño, asumo yo que estaban celosas, porque Harry y Jeremy parecían ser bastante populares en el lugar, pero no sólo por sus prejuicios dejaría de hablar con mis amigos.

Era viernes y yo estaba algo nerviosa por la cena a la que me habían invitado los Holland, digo, Harry era muy amable conmigo y estoy 100% segura de que Nikki es muy amable también, pero eso no le restaba importancia. Ella es una gran amiga y colega de mi padre, así que no quiero decir o hacer nada que me avergüence, o que lo avergüence a él.

Era la 1:30 y yo aún no sabía que me pondría para la comida, Harry no paraba de enviarme mensajes de que no debía preocuparme que él pasaría por mí, también de que no debía estar nerviosa pues su familia era igual de genial que él. Respiré e intenté relajarme, y es que no era por el hecho de que creyera que ellos me harían algo malo; sino más bien porque no soy muy buena para entablar conversación.

En fin luego de unos 20 minutos de debatir mi outfit, me decidí por unos leggins negros que tenían agujeros en las rodillas, una blusa blanca lisa que tenía toda la parte de atrás llena de lentejuelas mate del mismo color y unos botines beige con un poco de tacón, até mi cabello en una cola de caballo, despeiné unos cuantos cabellos para que se viera más casual y me apliqué un poco de maquillaje de tonalidades coral. Ya lista miré mi celular y noté que Harry me había mandado otro mensaje, decía que ya estaba en la entrada de la escuela y que me vería ahí. Salí de mi cuarto no sin antes cerrarlo bien, comencé a caminar y efectivamente noté que Harry ya se encontraba ahí, estaba parado junto el que imagino sería su auto. Me acerqué a él y este esbozo una sonrisa.

-¿Lista Madame?-preguntó mientras abría la puerta del asiento del copiloto señalándome el mismo.

-Muchas gracias caballero-contesté mientras hacía una leve reverencia.

El camino hacía su hogar fue bastante entretenido, comenzó a decirme que su madre no había dejado de hablar de mí desde aquella llamada la otra noche, además me dijo que ella estaba muy feliz de que Harry y yo nos hubiéramos vuelto tan cercanos en tan poco tiempo. Yo me sentía muy halagada a decir verdad, había comenzado a encariñarme sin siquiera haber convivido con ella. Luego de unos 20-25 minutos estábamos estacionándonos frente a una bella casa color café con detalles blancos, era una típica casa londinense, tenía un estilo muy refinado y pues... hogareño, eso al menos lo que pude apreciar desde el porche. Harry sacó una llave de su chamarra y abrió la puerta blanca frente nuestro. Al entrar mis palabras desaparecieron, era muy pero muy bella, y era grande pero no gigantesca, además se sentía tan acogedora y eso que solo llevaba aquí segundos. Mientras caminaba y observaba el lugar, escuché como Harry llamó a alguien, asumo yo a su madre. 

-¡Ya estamos aquí!-anunció nuevamente desde el lugar donde nos encontrábamos creo que era la sala. Me indicó que me sentara y me dijo que regresaba en un rato. Yo tímidamente acepté su sugerencia y tomé asiento en un sillón rojo aterciopelado que se encontraba frente a una bella chimenea. Estaba ahí esperando cuando de repente pasó junto mío un niño (bueno para mí parecía un niño), su cabello era del mismo color que el de Harry, e igual de rizado, además tenía unas pecas que adornaban de manera adorable su rostro(asumí que era su hermano). El chico me miró curioso y yo le sonreí, él hizo una mueca arrugando su nariz y corrió hacía otro lado, ¿será que lo asusté? 

-¡Andrea!-una voz familiar me sacó de mis pensamientos, volteé detrás mío y noté que Nikki y Harry estaban parados ahí. Me levanté del sillón y me acerqué para saludar a la madre de Harry, ella me rodeó con sus brazos en un cálido abrazo, yo le respondí de la misma manera- me alegra mucho que aceptaras nuestra invitación, y también que Harry y tú se hallan hecho tan buenos amigos...-confesó alegre, yo miré a Harry y reí tímida, él sacó su lengua en un gesto gracioso, lo cual me provocó una pequeña risita.

-¡Así que tú eres la famosa Andy de la que han estado hablando básicamente toda la semana!-gritó una voz masculina desde lo que parecía ser la cocina. Me giré para ver de quién provenía y me encontré a un chico que parecía ser masomenos de mi edad, era muy parecido a Harry.- Yo soy Sam, el hermano gemelo de Harry...-confesó el chico mientras me extendía su mano en saludo, yo la tomé mientras miraba rápidamente de Harry a Sam y de vuelta. Ellos rieron ante mi gesto. 

-Él es Pattrick, pero puedes llamarlo Paddy, es nuestro hermano menor-intervino Harry mientras presentaba al chico que había huido de mí hace un rato. Yo sonreí nerviosa mientras le extendía mi mano, él pequeño la miró por un rato pero al final accedió y la tomó. Yo suspiré aliviada.

-Es un placer Pattrick-dije formal, él me sonrió y posteriormente miró a sus hermanos, los cuales parecían sus cómplices. Los 3 soltaron una carcajada al unísono y yo miré a Nikki en señal de confusión, ella sólo se encogió de hombros, me imagino que ellos eran así siempre.

-Siento haberte asustado con mi actitud, era sólo una broma-confesó divertido el menor-y tranquila puedes llamarme Paddy, no tengo problema- me ofreció una sonrisa sincera y yo me relajé de nuevo. 

Todos estábamos sentados en la sala platicando sobre como Harry y yo nos conocimos, hasta que otra voz masculina interrumpió repentinamente la conversación.

-¡Las hamburguesas están listas!-un señor de lentes con gesto amable había aparecido en la sala. Tenía puesto un delantal negro con letras amarillas que decía: "Kiss the cook". Yo lo miré amable.

-Gracias papá-le respondió Sam mientras se levantaba del sillón, acción que posteriormente seguimos todos.-oh, ella es Andy Thompson-dijo mientras me señalaba, su padre inclinó su cabeza en señal de saludo.

-Te daría la mano pero estoy algo manchado linda-confesó el padre de los chicos, yo agité mi mano como diciendo: "no se preocupe" y le sonreí.- Mi nombre es Dominic.

-Mucho gusto-respondí amable- yo pues, ya le dijeron-reí tímida-soy Andy.

Después de la presentación nos dirigimos todos al comedor, estaba lleno de comida, casi me sentí en un banquete. Había hamburguesas, papas a la francesa, nuggets, sodas, aguas de sabor, etc. No sabía donde sentarme, miraba nerviosa a todos lados hasta que sentí como alguien tomaba mi muñeca, miré y un tímido Paddy me estaba indicando que podía sentarme junto suyo. Me senté y todos empezamos a comer.

-¡Qué alegría que puedas acompañarnos cuando tenemos casa llena Andy!-exclamó Dominic para luego dar un mordisco a su hamburguesa, yo dejé la mía en el plato por un momento y asentí contenta.

-No completamente llena-intervino Nikki- aún faltan Tessa y...-justo antes de que terminara su oración se escuchó como alguien abría la puerta.-¡Oh, hablando del rey de Roma!-exclamó contenta. Miraron todos a la puerta y yo sólo pude apreciar desde mi asiento a un chico con ropa deportiva y una gorra negra, oh y un perrito gris que entró volando hasta lo que parecía ser el patio trasero. 

-Siento llegar tarde-exclamó el chico mientras dejaba su sudadera en el mueble de la sala- es que Tessa estaba muy inquie...-el chico dejó de hablar en cuanto nos vio a todos sentados ahí. Se le veía algo apenado.- de haber sabido que habría visitas me habría duchado...-confesó para luego quitarse su gorra y alborotar su cabello. Entré en una especie de trance cuando mis ojos pudieron notar de quién se trataba.- hola soy...

-Tom Holland...-exclamé casi susurrando mientras interrumpía su oración, él rió y asintió.

-El mismo-dijo mientras me sonreía, yo no sabía que decir, así que sólo miré a Harry.

-No, no sabía...-confesé para todos.

-¿Qué? ¡Ahhhh!, ¿que éramos parientes?-dijo Harry, yo asentí nerviosa.- Pues sí, lo somos-rió quitado de la pena. Yo asentí incrédula, ¡no puedo creer como no me di cuenta!