La cena de navidad iba viento en popa. La deliciosa comida estaba apunto de salir del horno, la casa estaba completamente decorada, los chicos estaban alistando sus atuendos, mientras Nikki y yo nos encargábamos de acomodar la mesa y prender la leña de la chimenea.
Las horas pasaron y en menos de lo que pude notar ya estaba en el cuarto de huéspedes terminando de afinar los detalles para mí look de la noche. Había tenido la oportunidad de comprar un hermoso vestido verde pino (para hacerle juego a la ocasión) con textura aterciopelada en la parte de arriba y una falda a cuadros rojos y negros en la parte de abajo, tenía un poco de crinolina que le daba vuelo. Honestamente me enamoré de él en cuanto lo vi, lo acompañé con unas arracadas de oro que tenía desde hace años y unos botines negros, por supuesto tenía puestas unas gruesas mallas negras que cubrían mis piernas del frío. Mi maquillaje era sútil, pero mi brillante labial rojo le agregaba un algo especial. Los chicos estaban muy elegantes, casi todos parecían trajeados. Usaban corbatas con estampado navideño, todos a excepción de Tom, quién había comprado un suéter (verde pino) hoy en la mañana, para según el, hacernos juego. Todos lucían tan lindos, que no pude evitar emocionarme.
En cuanto todos estábamos abajo Nikki insistió en tomarnos mil y un fotografías. Y cuando Jacob y Harrison llegaron, se tomaron mil y un más.
En cuanto Dominic escuchó el horno timbrar supo que era hora de llamarnos a todos a la mesa. Nikki lo ayudó a llevar todo y nosotros fuimos por las bebidas restantes.
El orden en el que estábamos sentados era: Dominic y Nikki en la cabeza, Harrison, Paddy y Jacob en el costado derecho y Sam, Harry y yo en el izquierdo, Tom se había quedado solo en la otra cabecera. Yo había quedado en la orilla que quedaba junto suyo.
La cena comenzó y todo era espléndido, platicábamos y reíamos como locos. Cuando llegó la hora del postre todos nos servimos una taza de ponche o de chocolate caliente y lo acompañamos con galletas de Gengibre que yo había horneado.
-¡Wow Thomspon ni tenía idea de que podías hornear!- dijo Harry quien estaba sentado a mi lado en el sofá.
-Ni yo- comenté sorprendida haciéndolos a todos reír.
-Propongo un brindis- dijo Tom mientras se ponía de rodillas para verse mejor, pues estaba sentado en el suelo junto a Paddy.- ¡por la primer navidad de Andy con los Holland!- todos alzaron sus copas.
-¡Salud!- gritamos al unísono.
Nos acomodamos de nuevo pero la cosa no duró mucho tiempo pues escuchamos como alguien tocaba a la puerta. Los Holland se miraron extrañados, pero yo sabía perfectamente quién era así que me tomé el atrevimiento de levantarme para abrir.
-¡Qué bueno que llegaste!- grité efusiva para recibir a Zendaya. Tom corrió hasta mi lado y puso su mano en mi cintura atrayéndome hacia él.
-¿Zen? Creí que no ibas a poder venir...- dijo entre dientes.
-No iba a hacerlo pero Andy me insistió tanto que no me pude negar, además me sobornó diciéndome que prepararía galletas- contestó Zendaya sonriente.
-Ya veo...- susurró Tom.
-¿Tom?- dije casi en su oído.
-¿Si?- me miró.
-¿No la vas a invitar a pasar?
-Sí claro, siéntete como en casa- dijo extendiendo si brazo libre para indicarle el camino.
-Gracias- contestó ella para después colgar su bolso en el perchero de la entrada.
Los Holland la saludaron sonrientes. Estuvimos hablando por otro buen rato hasta que la noche comenzó a avanzar y todos comenzaron a rendirse ante el sueño, subiendo a sus habitaciones, los últimos que quedábamos éramos Tom, Zendaya, Sam y yo.
Platicamos otro rato y Zen me felicitó y hasta me trajo un regalo (cosa que yo no esperaba), era un pequeño broche de Cascanueces, le agradecí mucho y la abracé. Al final de la noche ella se fue, a pesar de que Harry le insistió en quedarse. Tom parecía extraño al despedirse de ella, y no sé si mi mente me estaba jugando una mala pasada, pero ella también parecía bastante incómoda.Una vez que todos estaban o en sus casas o en sus respectivas habitaciones, decidí desmaquillarme. Tom había caído rendido, aunque aún no se dormía.
-Vaya noche, ¿eh?-pregunté mientras lavaba mi rostro.
-Agitada, como todas las fiestas en la casa Holland- rió levemente.
-Lo sé...- le imité. Lo que siguió fue silencio. En mi cabeza rondaba una pregunta, una que me daba miedo hacer, porque temia que este ambiente se arruinara. Quería saber si sería prudente hacerla ahora mismo o esperar a mañana, que es Navidad y no Noche Buena. Luego de un debate interno decidí que si no la sacaba de mi sistema de una buena vez, mañana explotaría y le arruinaría la fiesta a todos.
-¿Tom? ¿Sigues despierto?- pregunté mientras movía su hombro con delicadeza, él asintió algo desganado. Yo aún no decía nada, pero presiento que mi rostro comenzaba a dar indicios de que algo me incomodaba, porque él se enderezó enseguida.
-¿Todo bien?- yo asentí, no muy convencida, pero lo hice.
-Es solo que, he querido preguntarte algo desde hace unas horas, y no he podido encontrar el momento adecuado...- se sentó más cerca mío tomando mis manos.
-Soy todo oídos- una leve y cálida sonrisa apareció en su rostro. Quisiera que no hubiera desaparecido tan rápido después de mi pregunta, pero no fue así.
-¿Pasó algo entre tú y Zendaya mientras me fui?- aclaró su garganta.
-¿A qué te refieres?
-¿Pelearon o algo? Si no es a así, no veo porque se desinivitó a la cena.
-No, no es eso, es solo que no nos llevamos igual que antes, eso es todo...
-¿Estás seguro?- él asintió.
-De acuerdo, pero deberían arreglar las cosas, ella es una linda persona, y sé que en una industria tan difícil es complicado conseguir amigos de verdad...- dije tomando su mano. Él asintió otra vez, pero en su rostro había mil y un emociones, que yo aún no comprendía.
-Andy yo...- me miró y pude jurar que estaba apunto de romper en llanto, así que lo abracé. No sabía que estaba pasando, pero me dolía verlo así. Acaricié su cabello y susurré en su oído.
-Tener amigos es algo increíble Tom, son un gran apoyo y llenan tu vida de tantas cosas bonitas...
-Yo... No te merezco- alcanzó a decir entre sollozos.
-No digas esas tonterías, no es como que yo sea un premio.
- Me refiero a que no mereces esto, no mereces nada de esto- no entendía nada de lo que me quería decir.
-Tom...
-Mi fama y mis escándalos, no los mereces, deberías estar con alguien normal.- había quitado su cabeza de mi hombro y me veía de frente.
-Yo te escogí a ti, esas cosas no me interesan, los rumores son sólo para personas sin nada mejor que hacer, que buscan arruinar la vida de los demás.- dije segura.
-¿Ves? Aún sin saber qué hice o qué me pasó me das apoyo, y sé bien que después de lo que te diré te arrepentirás...- lloraba más fuerte.
-Me estás asustando Tom...- me alejé un poco.
-Cuando te fuiste, no es como que haya pasado nada, pero Zendaya... Ella y yo... Comenzamos a sentirnos diferente durante las últimas grabaciones y... Ella... Ella me confesó que sentía cosas por mí... Y yo...
-¿Tú?...- lo miré atenta.
-Yo le confesé lo mismo.
Solo esas palabras me bastaron para que mi mente quedara en blanco y mis palabras se fueran de mi boca. Solo silencio en la habitación, no sabía qué debía hacer, ni qué responder. Pero mi cuerpo supo ideárselas para lograr que mis piernas se movieran, yo me levanté y salí de la habitación, tomé mi abrigo y salí de la casa, sin importarme el frío infernal de la madrugada, la posible hipotermia que podría contraer, los posibles extraños que podría encontrarme, solo caminé, y caminé, sin rumbo aparente... O al menos eso pensé, pero en menos de lo que noté, me encontraba en un restaurante tipo Diner que al parecer abría toda la noche. Me senté, ordené un chocolate caliente y me solté a llorar, sin importarme las miradas de los demás clientes, sin importarme absolutamente nada.
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Intertwined-Tom Holland
FanfictionAndrea Thompson, una chica que toda su vida ha soñado con convertirse en una figura grande dentro del mundo de la fotografía. Pero, ¿el ser alguien grande, te garantiza la fama? Su vida dará un giro de 360 grados cuando descubra que la fama es agra...