Sixty Three

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Al regresar a casa todo a mi alrededor parecía moverse en cámara lenta. Mi teléfono reventaba con mensajes y llamadas de los hermanos Holland, y uno que otro de Jeremy que me preguntaba cómo había ido todo. Honestamente yo no me sentía con ganas de hablar con nadie, aunque fuera por mensaje, al menos no por ahora; y odiaba tener este sentimiento en Navidad.

Una vez en el dormitorio todo se puso aún más lúgubre, pues obviamente se encontraba casi completamente vacío (a excepción de uno que otro compañero que asumo yo, habían reprobado exámenes y tenían que cursarlos en el período vacacional). Subí hasta mi habitación y me encerré. Tomé mi computadora y me dispuse a maratonear con mis películas navideñas favoritas, era horrible estar sola mientras las miraba, pero era mejor eso a sumirme en mi miseria.

Lloré con ellas más de lo usual, pues tenía mis sentimientos a flor de piel en este momento. Pero de cierta manera lograron reconfortarme.
A eso de las 3 de la tarde ya moría de hambre, y sabía que pedir comida en Navidad sería algo imposible, así que decidí probar suerte y aventurarme a buscar algún restaurante que estuviera abierto en esta festividad. Nuevamente deambularía en las calles.

Cambié mi atuendo y decidí ponerme aunque sea un poco festiva, sacando el suéter que mamá me había regalado hace 2 navidades, era cómodo y calientito, además me recordaba a mi familia y necesitaba eso en estos momentos. Una vez lista, salí de ahí y me decidí a buscar algo de comer.

Pase 3, 4, 5 restaurantes en el camino, y ninguno estaba dando servicio hoy, cosa que comprendía perfectamente. No quería rendirme pero justo cuando estaba apunto de entrar al 6to restaurante a preguntar si tenían por lo menos servicio a domicilio, escuché un claxon sonar. No le presté mucha atención pues no creí que estuvieran pitándome a mí, pero al notar su insistencia tuve que voltear para buscar de quién se trataba. Era Sam. Justo lo que me faltaba.

-Pues para mí pareces perfecta para alguien que se supone tenía dolor de cabeza y estómago, ¿o acaso esos síntomas solo los tendrías en mi casa?- dijo bromeando.

-Hmm, es que ya me curé, quizá solo necesitaba dormir un poco...-fingí un bostezo- de hecho me encontraste yendo a la farmacia por un antiácido...-Andrea, para, eres pésima fingiendo y Sam lógicamente lo notará.

-Me costó mucho trabajo dar contigo Thompson... mi hermano se negaba a decirme la verdad, y yo, como buen amigo que soy decidí venir a buscarte para preguntarte yo mismo- lucía preocupado en serio, puede que estuviera bromeando conmigo, pero no podía ocultar sus verdaderas emociones.

-¿Tom en serio no te dijo nada? Porque estoy más que segura de que ya sabes qué pasó, y solo finges demencia para preguntarme cómo me siento al respecto.-me crucé de brazos, esperando su respuesta.

-Ok puede que haya dejado ver entre líneas que tuvieron una gran pelea, pero juro que es todo lo que sé hasta ahora.

-¿Sabías acerca de Tom y Zendaya?-pregunté seria. Él me miró, sin decir nada, pero pude apreciar en sus ojos que quería decirme tantas cosas pero no se atrevía.-Tom y yo nos tomaremos un descando... por si esa parte no te la dijo, te lo digo yo.

-Lo siento mucho...-bajó del auto para hablar conmigo de frente y no a través de la ventana de su auto.

-Solo quiero estar sola Sam, por favor entiende eso... de por si ya me fue difícil no pasar la Navidad con ustedes.

-Lo sé, lo imaginé...- puso su mano en mi hombro. Yo la tomé y sonreí levemente.- no te quiero molestar, solo necesitaba saber si estabas bien, eso es todo.

-Lo estaré, pero justo ahora, no quiero ver a ningún Holland, no puedo soportarlo sin ponerme a llorar...-dije con la voz quebrada.

-Si te sirve de algo, tampoco estamos muy animados por allá, te necesitábamos ahí.

-Gracias, y lo siento, sé que ustedes no tienen la culpa, pero es que no estaba dispuesta a mentirles y fingir que todo iba bien, no era justo.-él asintió en símbolo de comprensión.

-Te traje un poco de pay de carne y el postre de frutos rojos de mamá... no es una gran cena navideña, pero sabe a hogar.-dijo mostrándome un pequeño traste desechable y algo envuelto en aluminio.

-Es todo lo que necesito por ahora... Gracias Holland...-dije mostrándole una sonrisa cálida y sincera.

-Bueno, me temo que debo irme, me espera el resto de la tropa.

-Lo entiendo, adelante, oh y por favor diles que no pudiste verme, que tuviste que dejarme la comida en la puerta o algo así. No quiero que Tom pregunte nada...

-Entendido, feliz Navidad Thompson-dijo para después darme un fuerte abrazo, que yo respondí de igual manera.

-Gracias de nuevo, nos veremos en algún otro momento- contesté si mucho entusiasmo y algo de incertidumbre, porque no tenía ni idea de cuándo sería eso....

Narra Tom:
Sam se había ido hace un buen rato ya, y yo comenzaba a preocuparme, ¿acaso Andrea si se estaría sintiendo muy mal? Estaba a nada de marcarle por teléfono, hasta que escuché la puerta abrirse; sabía que Andrea no iba a entrar por esa puerta, pero una pequeña parte de mí esperaba que Sam la hubiera convencido de regresar, cosa que tristemente no pasó.

-Ya volví familia-dijo mientras colgaba su bufanda en el perchero de la entrada. Lenta y discretamente comencé a acercarme a él, para ver si podía decirme algo sobre ella, él lo notó. Y al mirarme tan cerca de él, simplemente negó con la cabeza. Ella enserio estaba dolida, ni siquiera había querido ver a Sam. Intenté ignorar el nudo en mi garganta y fingí mi mejor sonrisa. Lo último que quería era que mi familia se deprimiera por mi culpa. Tenía que tragarme mis emociones, por lo menos hasta que terminará la Navidad.

Intertwined-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora