d i e z
4 días para el festival de verano.
Yoongi, Kimma y la banda instrumental han pasado todo el día encerrados entre esas cuatro paredes. La maestra Misuk les ha obligado a ensayar, con autorización de los demás maestros en justificación de su ausencia. A estas alturas todos están estresados y corren de un lado a otro arreglando los detalles más complicados de sus presentaciones.
No queda nada.
A Yoongi se le revuelve el estómago. Extraña las notas musicales besando sus mejillas. Pero al menos Jimin lo besa en los labios cada tarde para compensarlo.
Son pasadas las siete. Es hora de ir a cenar y tener un merecido descanso que acaba mañana a la misma hora, para el que todos, menos el compositor, han estado de acuerdo. Yoongi podría quedarse toda la noche aquí de ser necesario, aunque está muy cansado y le duelen los dedos.
—¿Tú no vienes? —pregunta Kimma, estirando sus brazos.
—No, voy a quedarme un rato más. Ve tranquila.
—¿La llave? —Yoongi la alza—. ¿Quieres que le diga algo a Jimin si me pregunta por ti?
—No.
—Está bien. Buenas noches, Yoongi.
—Que descanses.
Tuerce sus dedos un par de segundos antes de tomar su cuaderno y buscar las páginas que necesita. Lleva varios días creando una melodía en su cabeza y escribiéndola sólo con la ayuda de su imaginación. Ha tenido tan pocas ganas de tocar después de los ensayos, recién tiene el impulso. Espera no decepcionarse a sí mismo.
Sus manos recorren las teclas del piano con lentitud, siempre con esperanza de que las notas aparezcan. La melodía no es precisa, pero no se siente frustrado, es algo que esperaba. Corregir no es agonía y lo hace con una pequeña sonrisa. Lee la letra escrita debajo, con los borrones nuevos que está creando, destruyendo una hoja casi en blanco para plagarla de su dolor.
Porque esas hojas contienen su dolor en forma de versos, con rimas desordenadas y un nudo en la garganta.
Sabe que algo revolotea a su alrededor cuando comienza a cantar con libertad. La vergüenza se espanta cuando siente las notas musicales llegar.
Detiene su nueva composición a la mitad. Ha notado un error otra vez, pero se recompone de inmediato. Aunque no vuelve a abrir la boca, ni a tocar. Hay alguien sentado a su lado, con los brazos cruzados. Yoongi termina de comprenderlo. Es Hoseok quien trae las notas a su rostro. Es tan malditamente lerdo que no lo tuvo en cuenta antes. Y no es que sepa del todo con claridad el hecho de entenderlo ahora.
—Dijiste que no cantas —dice Hoseok con su voz tan tranquila, antes de que él pueda mencionar lo que acaba de descubrir—. Y sí lo haces.
—No canto como Kimma.
Y es verdad, Yoongi no es desafinado, pero sus cuerdas vocales no aguantan más allá de un barítono.
—Cantas como tú. —Hoseok se pone de pie y luego se sienta a su lado. No está sudado, tiene el cabello húmedo, pero huele a perfume—. Y es más que suficiente.
Yoongi quiere replicar que debe parar de idolatrarlo así. Está lejos de ser alguien que lo merezca. Está sucio de pies a cabeza, aunque nadie lo pueda ver.
—Me gustaría ser mejor.
—Para mí lo eres.
Hoseok toma el cuaderno de Yoongi, y aunque no debería, se lo permite. De todos modos, ya lo ha escuchado. Se le abrigan las mejillas por las cosas que está leyendo.
Cuando cambia de página algo se le revuelve en el estómago. Yoongi también ha escrito sobre Hoseok, no lo nombra, pero son referencias que sólo ellos podrían entender.
(Do)nde sus piernas se doblan en las calles de Byeol a cada sitio que desea llevarle. (Re)cuerda cada instancia vivida, porque son momentos en que se siente feliz y se aleja de quien lo persigue día y noche. (Mi)ra el espacio entre sus cuerpos y lo nota lejos, aunque a veces piensa en cómo sería tenerlo cerca. Él es una sombra y (fa)lla constantemente en intentar salir a la luz. El (sol) brilla, a pesar de que el otro lo hace más. (La) luna debe estar furiosa, porque no la necesitan. (Si) tan sólo pudiera existir un mundo en (do)nde él no recordase nada más que el agradable calor en su pecho cuando lo ve sonreír.
Hoseok está cantando.
Yoongi quiere pedirle que lo haga por siempre, porque su voz es bonita y lo hace brillar más.
Y en este instante las notas musicales aparecen, no para besarlo a él, sino para besar a Hoseok.
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Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok.
Fanfic♫ : ❝ Como las cuerdas de un piano mal afinado, Min Yoongi tropieza con la retrospectiva de su vida y estalla con el presente de su familia. Mientras reconoce a Jung Hoseok, bajo una antigua leyenda de la música, deberá aprender a dejar sus heridas...