♫ : ❝ Como las cuerdas de un piano mal afinado, Min Yoongi tropieza con la retrospectiva de su vida y estalla con el presente de su familia. Mientras reconoce a Jung Hoseok, bajo una antigua leyenda de la música, deberá aprender a dejar sus heridas...
Lena se le tira encima y le llena el rostro de besos. Está maquillada para su presentación, así que se detiene cuando se da cuenta de eso.
—¡Eso fue hermoso, Yoongi! No sabía que cantabas... tu voz es linda.
—Gracias.
Se siente cohibido, Kimma y Hoseok lo miran con orgullo, parecen tranquilos, pero sabe que en cualquier momento se le lanzan encima para apretarlo con la misma euforia. Y Kimma es la primera, quien también lo llena de besos en contra de su voluntad, pero esta vez lo llena de labial rojo sin cuidado porque ya se ha presentado y se puede desarreglar.
Hoseok le acaricia el brazo, sin saber cómo proceder, no hablan desde hace una semana y Yoongi lo evita en los pasillos de la universidad con frecuencia.
No sabe qué hacer ni qué decir para disculparse por su actitud. El juicio de Jungkook lo tiene lejos de la tierra. Apenas ha podido concentrarse para lo que acaba de presentar en el escenario, con todos aquellos ojos viéndole sólo podía pensar en cuántos conocerán a su hermanito y sobre lo que ha hecho, y en qué pensarán sobre él.
—Los dejaremos solos —dice Lena y casi se lleva a rastras a Kimma.
Yoongi traga. Buscando palabras que no sean un simple lo siento, al que está tan acostumbrado que ya ni siquiera lo dice con sinceridad, y en esta ocasión está realmente arrepentido. Hoseok siempre está para él y lo único que hace es alejarlo.
—Lamento haberte evitado de esta forma todo este tiempo. —Se lleva una mano a la nuca—. No mereces que te trate así. No me has hecho nada malo, quiero que lo sepas.
—Me cuesta entenderte, muchísimo.
—Lo sé.
—Pero sé que has estado bajo mucho estrés últimamente.
—No me justifiques.
—No lo hago. Sólo le doy un sentido a tu actitud.
—Eso es justificar.
—Mira, Yungi —exhala—, necesitarás mucho más que evitarme durante una semana para lograr que no quiera verte más.
—No me acostumbres a eso.
—Ya estás acostumbrado. Es parte de ti.
—Intento con todas mis fuerzas no ser un idiota contigo.
—Ah, no lo eres. —Yoongi le toma ambas manos y se las acerca a las mejillas. Cálido. Hoseok le limpia los rastros de labial que ha dejado Kimma—. Acabas de cantar una canción que es para mí, e incluso entre toda la multitud podía sentir que estábamos solos. Y... ah, las notas musicales rodeándote vuelven todo el doble de mejor. —Permite que Hoseok tome sus manos y las coloque sobre sus hombros y que luego lleve las suyas a su espalda para acortar la distancia—. Estuviste impresionante.
Con el corazón en la garganta, Yoongi sonríe viendo el rostro de Hoseok acercarse al suyo. Acaricia su nariz con el ápice de la suya y le deja un par de besos en ambas mejillas. Yoongi cierra los ojos.
—Todo estará bien —murmura Hoseok—. Sea lo que sea que lleves dentro, sanará, Yungi, cuando tú lo decidas. Y donde sea que me encuentre voy a estar orgulloso de que lo hayas logrado.
Yoongi acorta la distancia de sus labios y se aferra al cuello de Hoseok con algo de fuerza. Decidiendo que es el próximo. Para sanar sus heridas, necesita asumirlas. Como una forma de no hacerle más daño a Hoseok. Para seguir avanzando y dejar de distanciarse.
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