♫ : ❝ Como las cuerdas de un piano mal afinado, Min Yoongi tropieza con la retrospectiva de su vida y estalla con el presente de su familia. Mientras reconoce a Jung Hoseok, bajo una antigua leyenda de la música, deberá aprender a dejar sus heridas...
El despacho de Eunyeong continúa igual a como lo recuerda. Y ella también. Todo parece seguir igual, menos él, que cambia de forma constante y parece empeorar cada segundo que transcurre.
Luego de una navidad desastrosa donde su madre terminó por echarlo de casa, Yoongi prefirió pasar el último día del año en su pequeño apartamento. Y luego de esas horas insufribles donde no pudo dejar de pensar en el viaje con Hoseok, decidió algo.
Y se encuentra aquí.
Eunyeong lo observa y espera, como tan bien sabe hacer. Siempre acostumbrada sus silencios.
—No sé cómo regresar —inicia con la vista clavada en la ventana—, ni cómo disculparme. Tampoco cómo afrontar el hecho de que todos continuaron sus vidas sin mí y ya no me necesitan.
Recibe un suspiro como respuesta. Eunyeong toma una pequeña maceta que tiene sobre su escritorio, esa que a Yoongi le gusta mirar cuando habla de cosas que le hacen feliz, y la coloca frente a él, captando su atención.
—Quiero que la mires bien, Yoongi. —Él asiente—. Alguna vez, cuando estabas más pequeño, te expliqué que tus heridas son como una planta que no está hecha para vivir en una maceta, ¿lo recuerdas? —Yoongi niega suavemente, ella aclara su garganta—. Cuando no haces nada por ella, se pone peor cada día. Cuando la tocas y riegas demasiado, por más que pretendas hacerle un bien, se pudre. Pero si un día decides tomarla, quitarla de la maceta donde se encuentra y colocarla en un sitio sano y seguro, verás que con el tiempo ya no necesitará que le prestes toda tu atención, porque aprenderá a sobrevivir por sí sola. Con pequeños esfuerzos, tú perdonarás tus propios errores y los que te han llevado a dañarla mucho más de lo que ya estaba. Sin que lo percibas volverá a levantarse y tú podrás continuar con tu vida. No tienes que olvidarla, probablemente viva para siempre, pero el punto principal es que la planta permanezca en un sitio donde no moleste ni interrumpa el curso de tu vida. ¿Sí me entiendes?
Yoongi desvía la mirada.
—Necesitas perdonar, Yoongi —continúa Eunyeong—. Y debes comenzar por ti.
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