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Con una sonrisa sádica, el maestro del pecado contemplaba cómo la blanca piel del Omega adquiría un brillo único, combinación del sudor que lo recorría y el placer que le inundaba mientras latigazos aterrizaban sobre su espalda y gemidos totalmente morbosos salían de sus labios. Manos esposadas, piernas separadas y glúteos marcados al rojo vivo por un par de manos más era lo que se apreciaba, además de un rostro completamente embriagado de éxtasis, ríos de semen de otro Alfa corriendo por los muslos del adorable rubio y la notoria erección en los pantalones del pelinegro.
Estocada tras estocada, Ransom se aseguraba de dejarlo lleno de descargas de semen para proceder con nalgadas que lo hacían gemir tan sucio que Lucifer no dudó en participar de la diversión. Entre ambos lo sometieron, haciéndolo su sumiso. No fue fácil, pero sí divertido, ya que les gustaban los retos. Ransom era su mano derecha y quien hacía todo el trabajo sucio. En pocas palabras, su cómplice.
—Pero mira cómo lo disfruta. Esto apenas comienza. —exclamó con alegría el señor del infierno. —Permíteme. —se quitó los pantalones y, como se le volvió costumbre, no usó ropa interior. —Vamos a disfrutar.
—Le gusta que lo tratemos como una puta. —gruñó Ransom, penetrándolo más duro. Su entrada ya le dolía y sólo quería descansar para no levantarse en meses.
—Por supuesto que sí. —Lucifer estuvo de acuerdo. —¿Tiene hambre el cachorro? Papá te dará leche. —lo agarró por el cabello haciendo que prácticamente se tragara su prominente erección, causándole jadeos del más exquisito placer.
Entre ambos lo follaban tan jodidamente rico y la tortura era más un aliciente que se sentía en la maldita gloria, lo cual era irónico ya que estaba con el diablo y su secuaz. Sin embargo, no quería irse. Su dignidad hacía tiempo que había huido, al igual que su devoción a Dios. Ahora Lucifer era su Dios, uno malvado y guapo. Uno que lo ponía a suspirar ante el mínimo movimiento y de quien quería esperar cachorros.
Tanto su cavidad bucal como su ano fueron llenados con aquella sustancia blanca, líquida y semi espesa capaz de fecundar y formar un nuevo ser. Vio cómo los Alfas se turnaban. Ransom tomó el lugar de Lucifer y Lucifer el de Ransom. Esto iba para largo. Podía soportar esto toda la noche, toda la vida.
Era imposible detener aquel trío. No quería. Fue profanado, corrompido hasta que ningún rincón de su cuerpo quedó intacto. Todo en él le pertenecía al señor de la oscuridad y no se arrepentía de haberle entregado su alma.
Steve, con los ojos aguados, el cuerpo temblando como un flan de vainilla y los vellos erizados sólo podía sentir y observar cómo lo jodían, cómo su cuerpo reaccionaba ante el menor toque. Poniéndose travieso, Lucifer quemó un poco el área de la espalda baja provocando que pegara un leve brinco que lo excitó.Ransom no se quedó atrás. Sacó su miembro de su boca luego de correrse y lo besó con descaro, compartiendo saliva y fluidos. El beso fue tan feroz que Lucifer silbó disfrutando el espectáculo, queriendo unirse al dúo. Un beso de tres era mucho mejor. En el sexo todo se vale.
Pasó la noche, llegó el día siguiente y la noche del día siguiente. Continuaban con la ronda de sexo desenfrenado para, ya cayendo el atardecer, descansar por un buen tiempo. Internamente, Steve agradeció aquello. Su pobre cuerpo ya no daba para más. No estaba seguro de poder soportar uno más.
De lo que no tenía idea era de lo que se venía meses después. Si creyó que tendría descanso, qué equivocado estaba.
Esto era sólo el principio.
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Cortos Multishipps ✨
FanfictionPorque una única shipp nunca será suficiente. TERMINADA.