EMH Stony/Steve gato

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#corto #Stony #tonystark #EMH #stevegato

Cuando le preguntaban a Tony Stark por qué continuaba soltero, él siempre respondía que un pequeño manipulador lo esperaba en casa. Todos pensaban que se debía a que tenía un hijo y, la verdad, no se equivocaban del todo. No es que le faltaran pretendientes, claro que no. De esos abundaban por montones. El problema era que a cierto mañoso ninguno le agradaba y marcaba al millonario como suyo.
Al llegar a casa esa noche, anunció su regreso.

—¡Steven! ¡Llegué, cariño!

Como era de esperarse, sintió algo peludo rozando su pierna. Bajó la mirada y sonrió. Steven, o Steve, era su gatihijo. Lo adoptó cuando era apenas un minino. Lo encontró en las calles, muriendo de hambre y frío. Desde que lo rescató, se habían vuelto inseparables. Era una belleza majestuosa. Totalmente blanco con manchas amarillas en orejitas y patas, en conjunto con un mechón rubio en su frente, poseía unos hipnotizantes ojos azules. Y su pelaje era completamente esponjoso y suave al tacto.

Un maullido fue suficiente indicativo para que Tony obedeciera. Su pequeño tenía hambre y debía consentirlo. No cambiaba a su bola de pelos por nada.

—Steve, necesito que me aconsejes. —Habló mientras le servía comida en su tazón favorito. —¿Qué piensas de Reed Richards? Digo, es algo torpe para algunas cosas pero hace un tiempo que no puedo dejar de pensar en él. —Lo miró y el felino sólo se lamía la pata. —Sí, lo sé. Estoy loco.

Puso el tazón en el suelo y el gato bajó de la mesa atraído por el olor del atún para empezar a comer.

—Sí que tenías hambre, pequeño bribón. Aunque ya no eres tan pequeño.

††††

Al no poder dormir, entrada la madrugada, se sentó en su sillón preferido con su taza de café en una mano y su gato acurrucado en sus piernas. Mientras acariciaba el suave pelaje de Steve, pensó en todas las citas frustradas que tuvo. Buena suerte en los negocios, mala suerte en el amor. Sí, definitivamente estaba destinado a ser soltero de por vida pero, mientras tuviera a Steve con él, todo estaría bien.

El gato ronroneó ante el contacto de su mano y no pudo evitar una sonrisa. Pensó también en todas las veces que le rompieron el corazón y lloraba todas las noches en su habitación. En esos momentos, su única compañía era su peludo amigo de cuatro patas. Y su único consuelo. Entonces se dio cuenta de que no necesitaba nada más porque su amor maullaba y ronroneaba. Sonaba loco, pero era cierto.

Una que otra vez alguno de sus intereses amorosos había ido a la mansión pero, si notaba algo sospechoso, Steve se abalanzaba sobre estos y le arañaba por completo. Podía decirse que era un gato guardián. A Tony sólo le daba risa cuando hacía eso.

—Es una lástima que no seas humano, Steve. —comentó entre suspiros sin dejar de acariciarlo. —Estoy loco por haberme enamorado de ti. Mi gatito.

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