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Tuvo que transcurrir tiempo para que sus heridas internas sanaran por completo. Afortunadamente, siempre estuvo acompañado de Natasha, su inseparable amiga. Ya cuando se sintió en paz consigo mismo y sabía que superó todo lo vivido con Tony, Bucky Barnes, su mejor amigo de toda la vida, le pidió matrimonio. Aceptó sin dudarlo. Estaba en todo su derecho de ser feliz. Ya sufrió demasiado por un imbécil que no merecía ni sus lágrimas.
Se mudaron los tres a una cabaña campestre, rodeada totalmente de naturaleza. Distintos tonos de verde les rodeaban. Verde olivo, verde jade, verde mar... Verde y verde aquel campo. ¡Y qué campo! Se respiraba aire puro y se sentía tranquilidad. Fue la mejor opción. A pesar de ser pequeña, era acogedora y cálida.
Juntos tomaron la decisión de que adoptarían niños después de la boda. Así fue. El día llegó y Bucky esperaba en el altar con una sonrisa en su rostro. Esperaba al hombre con quien quería pasar el resto de su vida. Steve caminó hacia él, con una sonrisa amplia en su rostro y vestido con un traje blanco. Natasha se alegró por ambos, llorando de la emoción. Era hora de que su amigo fuera feliz. Era lo que siempre deseó.
La ceremonia transcurrió sin interrupciones. Se dieron el Sí y el Padre los declaró recién casados. Se besaron dulcemente, enamorados. Como si no existiera nadie excepto ellos dos en este mundo.
Llegó el momento de lanzar el ramo y resulta que cayó en manos de Natasha. Incrédula, no pudo contener las lágrimas. Al bajar del altar, Steve la felicitó abrazándola. Ella también merecía ser feliz. Bucky, por igual, la abrazó.
Los tórtolos tuvieron su luna de miel como la querían: algo sencillo e íntimo. Entre relatos, café, libros y canciones, se les pasó la luna de miel y, en la última noche de ésta, sustituyeron el café por vodka. Ebrios, terminaron en la cama haciendo el amor apasionadamente, amándose como nadie.
Por el otro lado, entre Pepper y Tony lo habitual eran las peleas. Día y noche solamente se les escuchaba discutir y cualquiera que los escuchara diría que estaban a punto de divorciarse, mandando todo a la mierda. Y es que Dios sabe que habían intentado numerosas veces tener un bebé, pero Pepper no quedaba embarazada y fueron al médico para saber qué pasaba. Podía tratarse de algún desbalance hormonal o esterilidad.
La respuesta del médico les sorprendió. En efecto, no podían engendrar hijos precisamente por una razón: Tony resultó ser estéril. Ante el asombro de la pareja, les explicó que los casos de esterilidad suelen ser más comunes en las mujeres pero a los hombres también les sucedía. El doctor les dio tres opciones: alquiler de vientre, adopción o un tratamiento de fertilidad y comprobar qué pasa luego. Obvio, el tratamiento sería costoso. Pepper intentó convencerlo de que lo mejor que podían hacer era adoptar, pero Tony era terco como una mula. Pepper insistió tanto que lo terminó convenciendo. Así lo hicieron.
Por un tiempo todo regresó a la normalidad entre ellos, pero luego que “llegaron” los niños sólo le añadieron más leña al fuego. La tensión fue tal que Pepper le pidió el divorcio. ¿El motivo? Puro lío. Se enteró, por medio a otro de los Vengadores, del fracaso de relación de Steve y Tony y cómo el castaño lo había engañado saliendo con ella a escondidas para luego ¡PAM! ¡Boda, señores!
Lo consideró inhumano e injusto. De todo lo que había hecho, esto fue la gota que derramó el vaso. Ella no quería ser premio consuelo. No quería llenar el hueco que dejó Steve. No quería ser el reemplazo. Firmó el contrato de divorcio y Tony se vio bajo tanta presión que finalmente firmó. Cabe aclarar que Pepper se llevó a los niños. La custodia total pasó a ella. Si Tony quería hacerse cargo, bienvenido sea. Si no, le valía madres. No lo necesitaba. Renunció a Industrias Stark y fundó su propia empresa, convirtiéndose en una mujer completamente exitosa a quien todos admiraban.Steve y Bucky, por su parte, adoptaron cuatro niños. Nat comenzó a salir con una chica que conoció en una cafetería. Ivanna Pavlova, también de origen ruso, fue bien recibida por Steve y Bucky. Este último comenzó a bromear en ruso y Steve le dio un codazo mientras le daba el biberón a uno de los bebés.
—Lenguaje. —comentó al reconocer la palabra “imbécil” entre muchas otras.
Todo fue risas y, claro, no faltó nuevamente el vodka, el que sólo tomaron las muchachas. Bucky tomó leche en su taza preferida y Steve no se aguantó las carcajadas.
Ahora tenía la familia que siempre quiso y lo más importante...
ERA FELIZ.
✨FIN✨
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Cortos Multishipps ✨
FanfictionPorque una única shipp nunca será suficiente. TERMINADA.