Cortos Multishipps ✨

SpiderShield 🛡️

{SHIPP: 🕷️ SpiderShield🛡️}
(Peter Alfa, Steve Omega).

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Nadie entendía por qué las feromonas tanto de Stark como de su pupilo, el joven arácnido, Peter Parker, se esparcían por la sala de juntas. El ambiente era incómodo. Se sabía que los Alfas eran protectores y territoriales pero no sé encontraban en el lugar ni el momento adecuados para pelear. Si piensan que la razón por la que peleaban era un Omega, están en lo correcto. Pero no cualquier Omega.  Steve Rogers sólo los miraba, como preguntándose quién destrozaría a quién primero para quedarse con el trofeo. Y sí, él era el trofeo. Acarició su abultado vientre de ocho meses. Ya en un mes tendría a su cachorro en brazos.

La tensión disminuyó considerablemente cuando Natasha, afortunadamente, interrumpió a los dos castaños, que parecían perros rabiosos a punto de caerse a mordidas. Se dirigieron una mirada que, si las miradas mataran, los sepultaría quinientos metros bajo la tierra.

La junta finalizó y uno por uno abandonaron el lugar, siendo Stark el último en irse. Sólo quedaron ellos dos. Peter se acercó y lo besó posesivo, dejándole claro que era sólo suyo al igual que el bebé que esperaba. Steve correspondió y luego, cuando rompieron el beso, pidió de comer porque el bebé tenía hambre y ahora comía por dos. Peter, complaciente, fue a buscar comida. El bebé se movía inquieto dentro de su vientre. El saber que albergaba vida en su interior lo hizo sonreír. Siempre quiso hijos, formar una familia. La marca en su cuello aún estaba fresca y dolía. Estaba marcado y con un hijo en camino. Su deseo se había cumplido y estaba satisfecho con eso.

Peter regresó con una bandeja atiborrada de comida. Con Steve nunca se sabía qué quería y qué no. Panqueques, tostadas con mermelada, waffles,un licuado de arándanos (los arándanos eran saludables al contener fitofenoles y vitaminas que eran buenos para el bebé) y un muffin de chocolate eran de las muchas cosas presentes. Steve empezó por comerse el muffin de chocolate y, al terminar de devorarlo, siguió con los waffles. Peter sólo lo miraba con una sonrisa boba. Todavía no se podía creer que había hecho al Capitán América su Omega. Tremenda suerte la suya. ¡Y qué buena suerte!

Steve sintió una patadita y un pequeño pie se marcó en su vientre. —Ay, qué tierno. —dijo mirando su barriga. —Mira su piecito.

Peter miró donde le indicaba Steve y no dudó en besar esa zona, causando otra patadita de parte del bebé y la risa del rubio. —Soy afortunado de tenerlos en mi vida. —prácticamente, abrazó la inmensa y redonda barriga y sintió que le hacían piojitos en el cabello. Unos dedos se enredaban en sus rizos, jugando con ellos.

Definitivamente eran felices y sólo faltaba un mes para que su felicidad estuviera completa.

¿Verdad?