Steve mamá latina (parte 3)

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#corto #steverogers #tonystark #peterparker #superfamily #MamáLatina

Era muy peligroso salir de noche, sobre todo si era a altas horas de esta. Peter no sabía cómo pedirles permiso a sus padres para que lo dejaran ir a una fiesta a la que su único amigo lo invitó. Probablemente Tony le diría que sí y le daría algún dinero para que se comprara lo que quisiera, pero era Steve quien tenía la última palabra y si decía que no, era no. Por mucho que insistiera, cuando a su madre se le metía algo entre ceja y ceja no había quien le hiciera cambiar de opinión. Ni siquiera Tony.

Salió de su habitación sin hacer ruido y se movió con sigilo procurando no ser visto pero Steve tenía vista de águila o alguna especie de radar para detectar incluso las respiraciones porque se giró en el sillón y le preguntó: —¿Y quién te dio permiso para salir? Y a esta hora. ¿Tienes idea de qué hora es?

Peter se quedó congelado en su lugar, sin saber qué responder. No había llegado a la puerta todavía.

—¿Las... Once? —preguntó dudoso.

—¿Y tú crees que estas son horas de salir, coñoesumadre? ¿Te volviste demente o te echaron mierda en el cerebro? ¡Usted no va a salir! ¡Se larga a su cuarto!

—Pero ma, déjame explicarte...—intentó hablar con él.

—¡Al culo de tu padre le vas a explicar, mamón! ¡Al cuarto, ahora! —Steve no cedió, ya molesto.

—Sí, mamá. —fue su respuesta para regresar a su habitación.

††††

En medio de la madrugada, alrededor de las doce, Tony entró a la habitación de su hijo. Se había levantado silenciosamente para no despertar a su esposo, que dormía profundamente, y movió un poco a Peter. Claro que este no estaba dormido en realidad, sólo fingía.

—Papá, yo... —empezó a decir, pero fue callado por un dedo en su boca.

—No digas nada. Tú ve a esa fiesta, diviértete. —Tony le guiñó el ojo y sacó dinero de su billetera para ponerlo en la mano de su hijo. —Cómprate lo que quieras. Anda, ve. Yo te cubro, pero recuerda regresar en dos horas. No querrás ver a tu madre hecho una fiera.

—Por supuesto. Gracias, papá. —lo abrazó fuertemente para luego salir.

††††

—¡Qlq, mi loco! Entonces sí viniste. Yo les dije a estos mamañema que vendrías.

Ned apostó con unos muchachos del colegio y resultó ganador. Billetes de a 500 y de a 1000, de parte de los más pudientes, cayeron en sus manos.

—Casi no salgo de no ser por mi papá. Chamo, me salvó, en serio. —Peter se puso una mano en el pecho para asegurarse de que aún le latía el corazón.

—Ten, tómate uno. —Uno de los compañeros de colegio le ofreció alcohol y, como era un curioso de nacimiento, lo tomó de un sorbo. El sabor era desagradable a sus papilas gustativas y le causó escozor en la garganta. ¡Diablos, cómo ardía!

—No mames. No aguantas nada, wey. —se burló Ned, que enseguida le pidió otro.

Trago tras trago los fue tomando hasta que no resistió más, comenzó a hipar y decir puras incoherencias y su organismo lo devolvió todo encima del muchacho que se hallaba más cerca. Asqueroso, sí, pero si no vomitaba iba a explotar. 

Así se le pasaron las horas, llegando a casa alrededor de las ocho o nueve de la mañana. ¿Habrán notado sus padres su ausencia? Seguro lo estaban buscando por todas partes, preocupados, pensando que algún malhechor secuestró a su pollito.

Lo que sí daba por seguro era que quien más lo regañaría y lo castigaría de por vida era Steve, que probablemente se encontraba con dolores de cabeza y muerto de angustia. Tony estaba igual, pero Steve era un caso terrible.

Estaría en muchos problemas.

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