#corto #steverogers #ransomdrysdale #KnivesOut
Si existía una palabra que describiera a la perfección la relación de Ransom Drysdale y Steve Rogers, esa era la palabra CAOS. Un constante tira y afloja que no cesaba y todo debido a sus diferencias. Nadie les advirtió que sería difícil.
Se conocieron en la secundaria,en plena adolescencia, esa etapa de las hormonas al tope, los amores de verano y las travesuras. Estaban apenas iniciando sus descubrimientos sobre la vida cuando, un día, al chocar el uno con el otro en el pasillo, se miraron a los ojos y se dedicaron una sonrisa. Claro, cada quien con intenciones distintas. Steve pensaba que conoció al amor de su vida mientras que Ransom... Él sólo quería divertirse un rato.
Uno era el popular y el otro, el nerd. Eran completamente diferentes y esto fue lo que les atrajo del contrario con el paso del tiempo. Una que otra vez Ransom le robó un beso sólo para ver cómo se sonrojaba y lo malo era que el pobre Steve siempre caía. Pero Ransom no se detuvo ahí, por supuesto que no. Lo acorraló contra uno de los casilleros para besarlo repetidamente y meter mano en aquellas partes donde no debía. Steve quedó en shock por un instante hasta que reaccionó y lo apartó de un empujón, lo que le hizo reír.
Se repitió una y otra y otra vez volviéndose rutina hasta que, el día del baile de graduación, Ransom le pidió finalmente ser su pareja de manera oficial luego de haberlo molestado por mucho tiempo.
La universidad les dio la bienvenida y con ella emprenderían el camino hacia la madurez. Los años los favorecieron a ambos, pero más a Steve. Hacía un tiempo dejó de ser aquel debilucho nerd de la secundaria para transformarse en todo un galán que rompía corazones con su sola presencia. Su cuerpo fornido, bíceps marcados y enormes pectorales eran de infarto, cual modelo de fisicoculturismo.
Entre pausas de las clases y proyectos, se tomaban sus momentos para consentirse. En una ocasión el catedrático casi los atrapa mientras lo hacían en su escritorio. Tremenda vergüenza se llevaron, pero no por eso dejarían de intentarlo.
Pasó la juventud y llegó la adultez. Ahora estaban casados, con un hijo y otro en camino. Jaden, su pequeño hijo, tenía dos años cuando decidieron tener otro.
Desde que se enteró del embarazo de su esposo, Ransom se volvió excesivamente territorial y no soportaba ni que lo mirara nadie más que él. A veces era dulce como un pastel, cabe destacar, y Steve sabía que podía pedirle todos los antojos que quisiera cuando se ponía de esa manera. Ya con 8 meses de gestación, no podía ponerse de pie siquiera y bastante hambre le daba. Sólo lo miraba con sus ojos de cachorrito y Ransom inmediatamente accedía.Sin embargo, cuando regresaron de hacer las compras del supermercado un día, sólo porque otro sujeto se atrevió a mirar a su marido, Ransom hizo una escena de celos. Steve sólo escuchaba su monólogo tranquilamente mientras Jaden, que jugaba con su peluche sin entender nada, simplemente los miraba. Quizás pensaba que era una divertida obra de teatro porque aplaudía con sus manitas tiernas.
—Tú no deberías mirar, bodoque. —Ransom, ya más calmado, lo cargó. El infante lo miraba con sus enormes ojos azules bien abiertos. —Esto es entre tu mamá y yo.
El niño o se hizo el loco o sencillamente lo ignoró olímpicamente porque quería jugar con él.
—Bien, te dejaré ganar esta vez. —contestó y empezó a darle vueltas en el aire, preocupando a Steve y haciendo reír al bebé.
Jugaron por un largo rato hasta que Jaden bostezó, ya cansado de jugar. Fue mucho por hoy. Otro que se quedó profundamente dormido fue Steve, pero no podía culparlo. Lo dejaría descansar todo lo que necesitara. A fin de cuentas, el que no descansaría era él. Pasaba noches enteras en vela y sólo de madrugada, casi al amanecer, se tomaba una corta siesta.
Esto también preocupaba a Steve. Recordó esa vez cuando Jaden enfermó. No era nada grave, sólo fiebre pero, como en ese entonces eran padres primerizos, aquello les pareció el fin del mundo y, al Steve no poder hacer literalmente nada, quien se ocupó del niño fue Ransom. Visitas al médico, medicamentos, inyecciones y más desvelos.
Ahora, con este segundo hijo, como ya tenían un poco de experiencia no les costaría tanto. Pero bueno, el punto era que Ransom, pese a estar recostado a su lado, se encontraba alerta, sin pegar un ojo. Por si acaso, pensó.
Todo marchaba bien por el momento. Jaden dormía, Steve por igual y todo en perfecta calma. Y, por supuesto, pronto llegaría su otro bebé. Nada podía ser mejor que eso.
¿Verdad?
ESTÁS LEYENDO
Cortos Multishipps ✨
FanfictionPorque una única shipp nunca será suficiente. TERMINADA.