18- Confesiones

243 19 6
                                    





Joss Pierce

Si se lo preguntan, si: fui al instituto con el pie dolido. Al irse Aiden ayer, quite la venda que había puesto en mi tobillo haciéndolo yo bien, me puse pomada, di unos cuantos masajes y me vende de nuevo, para que mi tobillo no estuviera tan mal, podía caminar y ahora me encontraba apunto de entrar a Winston.

Subí unas cuantas escaleras entrando definitivamente al plantel, tenía unas ojeras horribles, mi pelo se encontraba desordenado, no me había dado tiempo de arreglarme mucho, me puse lo primero que ví y salí así. Evan me decía que me veo bien de cualquier forma y que eso no le molestaba a el.

Al caminar por el pasillo del instituto noté las miradas en mi, poco después de estar un rato ahí. La gente murmuraba cosas a sus oídos mientras me miraban extrañamente y comencé a sentirme rara y a preguntarme el por qué hacian eso.

Llegué a mi casillero y al abrirlo me encontré con varios rayones en la pared de aquel. ¡¿Como mierda abrieron mi casillero y por qué?!.

Decían palabras en color negro y rojo, palabras como: Zorra, fea, estúpida, facilota.

Comencé a preocuparme y mis sospechas comenzaron a rondar por mi cabeza. Cuando cerré mi casillero ví como Max se acercó a mi con una cara pálida. Tenía algo que decirme.

—Joss, mierda dónde haz estado, te he mandando mensajes desde la mañana avisándote que... —Kai llegó detrás de ella interrumpiendo.

La verdad había silenciado mi teléfono, me estresaba los sonidos en las mañanas. Y desde ayer no lo agarraba, no desde que Aiden se fue de mi casa.

—Joss ¡dios! Ya viste lo que.. —Max lo golpeó de un hombro, el se quejó y se calló.

—¿Que pasa? —Me preocupe aún más.

Entonces Max extendió su teléfono hacia mi mostrándome varias fotos donde.... Oh por dios. Dónde estoy yo y Evan... En el salón... Me agité, no no, esto no puede estar pasando, ahora sí que quiero morir, quería llorar quería golpear a alguien.

Esto no puede estar pasando...

Tome mi pelo haciéndolo hacia atrás con frustración y miré a Max sorprendida y asustada. Si mi mamá ve esto... no quiero ni pensarlo.

—Pero...

Fue lo único que salio de mi boca, las fotos parecen haberse tomado desde lejos, alguien hizo zoom para poder captarnos mejor. Por suerte censuraron parte de mi cuerpo.

Pero eso no quita que se veia claramente que estamos besándonos encima de un escritorio, a pesar de que no tuvimos relaciones, en esas imágenes se podia apreciar lo contrario.

Maldije mil veces ese momento, maldije mi vida y la de los demás, quería llorar, no quiera estar aquí.

Quería que en ese momento la tierra me tragara, quería meter mi cabeza al piso, estaba tan avergonzada...

A todo esto, ¿dónde está Evan?.

Corri hacia el campo, era el único lugar donde a esta hora estaba solo, al llegar ahí subí las gradas y me quedé sentada obligandome a no llorar, no podía hacerlo debo ser fuerte siempre lo soy y esto no me puede destruir. Max y Kai llegaron conmigo sentandose a lado de mi esperando a que me calmara que claro que no lo haría sentía tanta frustración y desepcion.

En El Siguiente Verano [#1] [1ra Edicion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora