Joss PierceLa noche se fue bastante rápido.
La gente comenzaba a irse y agradezco por eso, recargue mis codos en la barra donde servían las bebidas. Espere ver de nuevo al padre de Aiden, pero después de que Aiden me plantará tremendo beso, no lo volví a ver, eso me mantenía aliviada, la presencia de ese señor me ponía los pelos de punta.
Mi mirada se dirigió al hombre limpiando las mesas desocupadas. Como es posible que un simple ser humano sea tan sorprendentemente hermoso haciendo un simple moviendo, porque si, se veía bastante bien limpiando mesas.
Aiden Dawson.
Su pelo negro azabache se había despeinado, y no es raro decir que, también se veía muy bien así, aquel pelo todo alborotado lo hacía ver adorable.
Aiden notó que lo miraba y a pesar de eso no quite mi mirada de él. El me sonrió de lado y dejó lo que estaba haciendo para acercarse a mi como una pantera acechando a su presa.
—Deja de verme, o me veré en la pena necesidad de besarte.
—Oh, ¿creías que te veía a ti?. Para nada, estaba viendo la mesa —Dije.
—Claro.
El se acerco unos centímetros más a mi rostro. Trague grueso, si no fuese tan vergonzosa, podría aguantar su mirada, pero evidentemente no pude, giré mi rostro hacia un lado evitando verlo.
Supongo que el lo noto, lo supe cuando de su boca salió una risita, como si disfrutara verme nuevamente de esta manera.
—Te ves linda cuando te sonrojas.
—No digas eso...
—¿Oh te sonrojaras más?.
Si.
Odiaba ponerme así, me sentía muy tonta.
—Solo, no lo digas —Baje la cara intentando taparla de cualquier forma.
El levantó una ceja y volvió a sonreír de lado, por esa sonrisa supe que haría algo, algo que no me gustaría. Y por la situación sabia que mandaría mis palabras por un tubo y seguiría haciendo comentarios que me harían ponerme aún peor. Me tomó de mi barbilla subiendo mi rostro y obligandome a verlo.
—A mi me gusta verte así.
—Aiden....
—Tus ojos brillan y tu cara parece tomate —Mordio sus labios viendo que sus palabras cada vez hacían más efecto a mis mejillas— carajo, cuanto me gustas.
—Oh, cállate.
—¿Sabes cuando también te ves así?
No dije nada esperando a que el hablara de nuevo.
—Cuando te excitas.
Oh dios...
Voy a morir de lo avergonzada que estaba.
Solo pude decir "Oh dios, Aiden" susurrando. Tape mi cara deseando que me comiera la tierra. Aiden reía y solo podía pensar en querer matarlo.
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En El Siguiente Verano [#1] [1ra Edicion]
RomanceEsta es la historia de Josselyn Pierce, una mujer mayormente desinteresada de la vida, fría y algo dura, amante de la lectura. A pesar de su personalidad temprana y alejada, soñaba con un romance igual que en sus libros, el único problema en ello, e...