28- Estás son las reglas...

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Joss Pierce.

Creí que me besaría por algún momento, algo que por supuesto no podía hacer pero igualmente creí que lo haría y que sería yo quien me negara pero no fue así. Aiden metió su cabeza en mi cuello dándome olas de placer por todo mi cuerpo, jadeaba al mismo tiempo en que lo hacía, realmente no sabía que estaba pasando ahora mismo, fue como si de mi memoria haya borrado quien era Aiden Dawson, pero vaya, lo hacía estupendo, no podía concentrarme en otra cosa que no fuese sus labios en mi cuello.

El lamió lentamente esa parte, sentí como mi cuerpo se relajó disfrutando de los labios de Aiden metidos ahí mismo, que bien lo hacía, me arrullé al mismo tiempo en que sentía placer.

El parecía saber perfectamente lo que hacía. Su mano subió de mis caderas pasando por mi cintura y mi brazo a mi pecho... apretandolo arriba de la camisa... tuve un jadeo como reacción, mi mente se bloqueó y sigo sin creer que esto esté pasando, Aiden me está tocando y lo peor de todo, me estoy dejando y me está gustando. Por un momento creí quitarme, pero no se porque me quedé, dejé que siguiera, admito haberme puesto nerviosa, me sorprendió su mano en mi seno.

Mis hormonas volaban por los cielos, ya podia sentir la humedad en mi zona íntima y esa necesidad de poder sentir la llama de sus dedos tocando mi piel. El se fijo en mi asegurándose de que todo estuviese bien para poder continuar, mi rostro se encontraba agitado, mis ojos entrecerrados y mi garganta seca, me regaló una sonrisa juguetona de oreja a oreja, se veía malvada y lujuriosa. Tome su mano llevándola adentro de mi camisa, no tenía sosten así que pudo sentir perfectamente mis senos, se sintió exquisito.

Que estoy haciendo...

Mierda, que estoy haciendo...

Me repetí muchas veces.

Solté un pequeño gemido al sentir el contacto de su mano apretando mi pecho, sobando mi seno con el dedo pulgar, jamás creí que me gustara tanto el contacto hacia mis senos de esta manera.

—¿Te gusta? —Su mirada ya no se mostraba relajada, ahora podía ver ese poder que aseguraba tener en mi, estaba excitado.

Jamás creí ver a Aiden de esta forma.

—Si —Respondi en un jadeo.

Metió nuevamente su cabeza en mi cuello está vez bajando lentamente a mi pecho. Se detuvo para poder quitarme la blusa pero en seguida lo detuve. Mis pechos aún me avergonzaban, no podía mostrarselos.

—No, yo... No quiero que —Dije tartamudeando.

—Tranquila Joss, está bien.

—Pero... Dijiste que no provocaba nada en ti.

—Joss, si no provocaras nada en mi, crees que no estaría así ahora mismo.

Mis ojos viajaron a sus pans, tenía una erección, una muy grande, se notaba perfectamente por debajo de sus pantalones, parpadeé varias veces sin poder creer lo que estaba viendo.

«—Parare si tú lo quieres, pero te aseguro que tú cuerpo me vuelve loco.

Creí que jamás diría algo así, pero las pruebas son obvia, ¿quien lo diría?.

En El Siguiente Verano [#1] [1ra Edicion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora