32- El lo sabe.

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Joss Pierce.

Quisiera decir que me arrepiento de lo que pasó a noche pero en realidad no sentía ese remordimiento de querer olvidarlo, es más, siento que era lo que me faltaba para darme cuenta de muchas cosas... para nadie es un secreto que, me siento atraída por Aiden y no sé, esto cada vez es más fuerte y me da miedo, siento mucho miedo y prefiero evitar lo que en realidad quiero y siento, poderlo admitir ahora era un gran paso para mi, mentiría si dijera que esto que siento era bueno, porque estamos hablando de Aiden Dawson, maldita sea, no era cualquier persona, era terriblemente malo sentir algo por el.

Me giré hacia el otro lado de la cama aún medio dormida, a mis espaldas no había nadie pero juraba que alguien me miraba, quiero decir, nos miraba. Ah Aiden y a mi. Me giré solo para asegurarme que no había nadie en la puerta y no, no había nadie, quizá me este volviendo loca. Ahora miraba a Aiden quien se dio la vuelta sin siquiera dejarme verlo. No me había dado cuenta que no llevaba shorts y solo tenía sus boxers puestos, eso lo supe cuando vi que las sábanas se encontraban bajo su trasero.

Quite mi mirada rápidamente sintiéndome culpable por mirarle el culo a Aiden.

Agite mi cabeza intentando pensar en otra cosa.

Me levanté para entrar al baño y ponerme mi ropa, debería irme ya, tenía miedo de que mi madre descubriera que estaba aquí, era lo último que quería. Salí y lo primero que vi fue la cama, esta vez sola, Aiden ya no estaba ahí, y al voltear hacia la puerta lo mire a unos centímetros de mi, no me lo esperaba así que salte del susto.

—Me asustas —Suspiré.

—¿Huirás, cobarde? —Se cruzó de brazos levantando una ceja mientras me regalaba una sonrisa juguetona.

—Si, tengo miedo que mi madre sospeche de mi ausencia.

—Te llevo.

—Gracias —Acepte.

El hizo una línea con sus labios, me dio la espalda tomando sus pantalones y poniéndoselos, termino con ponerse una camisa y voltearse hacia mi, no me di cuenta que lo miraba tanto que ya ni me percataba de que lo hacía o el tiempo en que llevaba haciéndolo.

—¿Lista? —Me miró esperando a que hablara.

Al pararse frente a mi, sentí mi pecho revolverce de una manera extraña, raro, no se cómo explicarlo. Recordé nuevamente lo de anoche, ese beso... que por primera vez lo había besado y que me había encantado.

—¿Pasa algo?.

—No.

—¿Enserio? Porqué no dejas de mirarme como boba enamorada —Torció la sonrisa.

Agh, maldito.

—Iluso —Rodee los ojos.

—Ya deberías admitirlo.

Lo miré con atención.

—¿Admitir que?.

El rió sin dejar de verme. Al sonreír su hoyuelo izquierdo se hizo notar, sonreía muy lindo, era de las pocas personas a las que le había notado una sonrisa hermosa.

En El Siguiente Verano [#1] [1ra Edicion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora