Capítulo 66

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La vuelta a casa es tranquila. Agoney salió del coche dejando que Raoul se acomodara la ropa, y se sentó en el asiento del conductor.

-¿Estás bien? – Quiso saber mientras se ponía el cinturón, ya que Raoul después de la sesión de besos que le había dado no volvió a decir nada más.

-Sí – Su tono de voz es casi como un susurro.

-¿De verdad? – Le puso uno mano encima de su pierna. -Si hice algo que...

-Ago, hiciste todo genial. – Le contesta mirándole a los ojos.

-¿Entonces? – Aprieta la pierna. -No me mientas, ¿qué te pasa?

-Que me voy mañana, Ago. – Pone su mano encima. -Y no me quiero ir. – Coge aire. -No sabes lo a gusto que estuve contigo estos días aquí.

-Puedes volver siempre que quieras, Raoul.

Raoul se gira para mirarlo. Claro que querría volver, mañana mismo cuando llegara a Barcelona coger otro avión y volver aparecer en Tenerife. Pero no es todo tan sencillo... Así que como no sabe que contestarle, le regala una sonrisa, aunque un poco triste.

Cuando entran en casa, Raoul se pone frente Agoney y, poniéndose de puntillas, le deja un beso en los labios.

-A la ducha, Raoul.

-No, vete tú primero.

-Vete tú y yo hago la cena – Dice Agoney devolviéndole el beso que antes le había dado Raoul.

-No, ve tú a la ducha mientras yo preparo la maleta. – Baja la mirada.

-Raoul, puedes volver siempre que quieras. Estás en tu casa de verdad. – Agoney le besa en los labios.

-O sea que si se me olvida guardar un pantalón – Pone cara de pensar. -¿Podría volver a por él?

Agoney se ríe mirándole a los ojos.

-Puedes volver a por ese pantalón. – Corta la escasa distancia que sus bocas tienen y se dan un beso suave pero intenso. No hay dientes ni mordiscos. Solo sentimientos que están naciendo y no saben si sacarlos o dejarlos que duerman más. -Pues entonces me voy yo a la ducha.

En el momento que Agoney pasa a su lado para dirigirse al cuarto de baño, Raoul le da una nalgada en el culo, haciendo que se dé la vuelta.

-Guapo – Le llama.

Y sin mirarle vuelve a ponerse en marcha con una sonrisa en la cara.

Agoney en la ducha piensa en lo bonito que es tener a alguien que le cuide y le respete tanto como hace Raoul con él. Ojalá que no se tuviera que volver tan pronto, piensa mientras se enjabona el pelo. Lleva varios días que no borra la sonrisa de su cara, y es que tampoco quiere hacerlo porque duerme, se besa, y camina de la mano por la calle con el. Fue capaz de hacerle disfrutar... Se siente tan a gusto con él, que no le importaría dar un paso más. Quiere pedirle que tengan algo, que lo intenten por mucha distancia que exista entre ellos pero tiene miedo de la respuesta de Raoul. Y esta vez, se va a quedar callado, antes de pasar vergüenza porque le diga que no.

Raoul va para la habitación, abre la maleta y aunque la tiene medio hecha, porque no es de deshacerlas cuando va a estar poco tiempo en un lugar, guarda las últimas prendas que están encima de la silla del escritorio cuando se le viene a la mente una canción que lo tuvo enamorado muchos meses. Sonríe cuando imagina que esa letra se podría hacer real. Busca papel, boli y comienza a escribir.

Pídeme que no me vaya
Pídemelo sin rencor
Háblame aunque sea a medias
Pídeme, pídemelo
Por favor, que no me vaya
Dime si nos queda opción
No lo dejes para luego
Pídeme, pídemelo
Por favor

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